Atiende IMSS Puebla tres casos diarios de niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad

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Es común juzgar y castigar a los niños por su mal comportamiento, no obstante, su mala conducta puede deberse a una enfermedad.

El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), se considera un síndrome porque incluye un conjunto de signos y síntomas que se hacen evidentes en la edad escolar, así lo expuso la doctora María Eugenia Torres Castillo, psiquiatra del Hospital General Regional No. 36 “San Alejandro” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Puebla, quien además señaló que en el Hospital San Alejandro del IMSS en Puebla son tratados 3 niños diarios con TDAH.

La especialista refirió que el TDAH se presenta con mayor frecuencia en los hombres, en una relación de cinco a uno, aunque los varones suelen tener una mejor respuesta que las mujeres.

Las causas de éste síndrome pueden ser genéticas, o bien, pueden deberse a la alteración y recaptación en la transportación de ciertos químicos cerebrales como la dopamina, serotonina y la noradrenalina; otra causa que lo origina es por falta de reglas y limites en el núcleo familiar, ocasionando un problema conductual.

La doctora Torres Castillo explicó que desde el periodo prenatal se puede saber que el niño padecerá del TDHA, ya que desde los dos o tres meses de gestación se sienten demasiado los movimientos en el vientre materno.

Son de temperamento difícil, lloran mucho, duermen poco, quieren que los estén cargando, intolerantes a la espera, habla mucho, no puede estar en un sólo lugar, se les habla y parece que no escuchan.

En la primaria es más notable su inatención, impulsividad, no aprenden, se salen del salón, distraen al grupo, trepan a los árboles, corren en el patio, no llevan tareas, pierden sus objetos, sus trabajos están sucios y los reportes de mala conducta suelen ser más frecuentes.

Esto también se presenta en la casa: no pueden permanecer quietos viendo una película, comen demasiado rápido por querer hacer otras actividades, no puede permanecer sentados, son bruscos cuando se trata de jugar con sus hermanos u otros niños, no terminan su tarea, interrumpen las conversaciones, se frustran cuando pierden en un juego y no esperan su turno en la fila.

La especialista mencionó que quien normalmente lo diagnostica es el psiquiatra infantil mediante un historial clínico, puesto que muchas veces se desencadena en otra edad. El especialista valora su rendimiento escolar, evalúa su inatención en base a si capta o no la información que se le proporciona; si es llamado, a las cuántas veces responde; qué detalles le interesan aunque a los demás no, y su hiperactividad mediante el movimiento constante de sus pies, sus juegos, su inquietud e inadaptabilidad en un lugar.

El tratamiento consiste en dar a los padres y maestros una  psicoeducación  para que puedan entender el problema del niño, porque son infantes rechazados por los adultos, por lo niños y la familia, por eso es de suma importancia mencionar que estos pequeños no miden su fuerza y no pueden controlar su conducta.

Una vez que se explica cómo deben tratar al menor, se inicia un tratamiento psicofarmacológico para controlar la atención y manejar hiperactividad e impulsividad.

Cuando se controlan los síntomas, se continúa con una psicoterapia familiar, para dar indicaciones, fomentar reglas y limites adecuados, donde ambos deben estar de acuerdo y no contradecirse para un buen manejo de la conducta del niño.

Con el pequeño se utiliza una terapia conductual para que aprenda a acatar indicaciones y que si no le lleva a cabo va a tener una consecuencia o lo contrario, va  a ser recompensado por su buena conducta.

La psiquiatra indicó que la mayoría de las personas que no fueron diagnosticadas en edad temprana suelen consumir drogas, presentan promiscuidad sexual, inestabilidad social, divorcios, riñas callejeras y accidentes automovilísticos.

Finalmente, la doctora Torres Castillo recomendó estar pendientes ante el desarrollo de los hijos y estar alerta ente los síntomas ya mencionados. Un diagnóstico temprano ayudara a que el niño tenga una mejor calidad de vida.