Los delincuentes de papel: Inquisición y libros en la Nueva España (1521-1820), es el nombre de la conferencia que presentará el investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), José Abel Ramos Soriano, quien ha realizado estudios en bibliotecas y archivos antiguos sobre los libros que fueron prohibidos por la Santa Inquisición.
Invitado por la Biblioteca Histórica “José María Lafragua” de la BUAP, el especialista hablará “sobre los libros que aparecen en los índices de textos editados y que no podían circular libremente entre la gente que vivía España y en los reinos de la Corona Española, por la censura en las ideas que ejercía este tribunal”, informó el director de la dependencia universitaria, Manuel de Santiago Hernández.
Comentó que entre los textos prohibidos había libros devocionales que no se ajustaban a la ortodoxia establecida por la Iglesia; un ejemplo fueron los libros manuscritos por amanuenses o copistas, que eran contratados por personas que querían tener su libro de orar personal, con las oraciones que más les gustaban.
Como estas ediciones no eran vigiladas por la Iglesia, había algunas oraciones que estaban consideradas por el Tribunal del Santo Oficio como heréticas y cuando se descubrían entraba la censura en los impresos. La prohibición fue mayor con la llegada de la imprenta, porque un mayor número de personas podía tener acceso a éstos.
El doctor Ramos Soriano, quien se presentará en la Sala de Lectura de la Biblioteca Histórica, ubicada en avenida Juan de Palafox y Mendoza 407, este jueves a las 18:00 horas, ha trabajado el tema de la censura inquisitorial en los textos publicados en los siglos XVI al XIX.
El resultado de esta investigación se encuentra en el libro de su autoría: “Los delincuentes de papel”, en el que habla también del mercado negro que había sobre los textos prohibidos por la Iglesia y la Corona Española entre los años 1571 y 1820.
El titulo, dijo De Santiago Hernández, se debe a que era más censurado el texto, que quien lo leía, “al objeto libro se le colocaba en el papel de delincuente y trasgresor de las buenas costumbres y de la ortodoxia de la fe, y se le castigaba sacándolos del mercado, tachándolo o bien quemándolo, mientras que al lector se lo recogían y lo amonestaban.
Dicha obra estará también a la venta, después de la conferencia, cuya entrada será libre.