El sector porcícola cifra sus esperanzas en el próximo gobierno

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En los próximos meses el sector porcícola mexicano podrá invertir más de 300 millones de pesos en tecnología de empaque, procesamiento y acondicionamiento de granjas y rastros especializados. Ello, con el propósito de cumplir con requisitos de calidad, sanidad e inocuidad que exigen los mercados internacionales. 

Este es el primer paso de los porcicultores para la reactivación de esta industria, con una perspectiva de invertir hasta mil 200 millones de dólares en los próximos años. Esta es la respuesta de este sector que ha cifrado sus más grandes esperanzas en el gobierno del Presidente Electo, Enrique Peña Nieto.
En la actualidad solamente se exportan 65 mil toneladas de carne de esta especie, pero existe un potencial de incremento —una vez consolidado el proceso de inversiones— por más de 400 mil toneladas en los próximos cuatro años.
En conferencia de prensa, el presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos, Rigoberto Espinosa Macías, y Alejandro Ramírez, director de la misma organización, expresaron que el obstáculo que sigue teniendo México para concurrir en mayor medida en los mercados del exterior, es el reconocimiento de calidad, sanidad e inocuidad.
Afirmaron que, si bien hoy en Asia existen mercados abiertos para los derivados de la porcicultura, sólo hay reconocidas cinco plantas mexicanas con características TIF (Tipo Inspección Federal) y dijeron que se requiere tener una oferta mucho mayor para impactar realmente en el tema de exportaciones.
Estas declaraciones las realizaron en el marco de una conferencia de prensa sobre las bondades y alternativas alimenticias y nutricionales de la carne de cerdo y durante la degustación de más de veinte platillos preparados con carne de cerdo, organizada por la Confederación de Porcicultores Mexicanos. Asistieron más de 300 personas, entre especialistas en gastronomía, «chefs» nacionales e internacionales, periodistas de las ramas de gastronomía y turística, así como de información general agropecuaria.
Alejandro Ramírez, director de la organización, expresó que «China es un objetivo más para incrementar nuestras exportaciones de carne de cerdo, al igual que Japón, Singapur y Corea, naciones que conforman la propuesta para poder incrementar nuestras ventas al exterior y, obviamente, Estados Unidos y Canadá, que no han reconocido que México está libre de las principales enfermedades y es un país viable para exportar carne en cortes de cerdo y sus derivados», coincidieron.
Ambos dirigentes de esta confederación puntualizaron haber sostenido reuniones de tipo técnico y económico con el responsable del proceso de transición para el campo, Enrique de la Madrid, a quien le plantearon el ejercicio de presupuestos multianuales, y dijeron que, en principio, se ha señalado la posibilidad de que sean bianuales, lo cual es un paso adelante.
Espinosa Macías manifestó que el sector de porcicultores mexicanos estableció el compromiso de que, en los próximos seis años, podrán reducir las importaciones de carne de cerdo en la mitad del nivel que tiene actualmente, del orden de 800 mil toneladas anuales, y crear las condiciones para equilibrar la balanza comercial de esta especie en el futuro.
Resumió que han planteado a las instituciones gubernamentales regresar a las bases de hace dos años y que se respete el apoyo para contar con más rastros TIF; impulsar el desarrollo de la porcicultura por contrato, para que las familias mexicanas tengan una carne confiable, y que se vea la forma de ampliar la infraestructura y abrir un canal de salida, (para exportar) pues hasta ahora hay un canal de entrada impresionante, en especial de carne congelada hasta con dos años así conservada, que representa el 40 por ciento de la demanda de esa carne en el país.
China se abrió y nos reconoció cinco platas TIF pero desafortunadamente, son las mismas que ya tenían esa condición, ubicadas en Sonora y Yucatán, pero requerimos que reconozcan las plantas de la región del occidente de México, como son Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Eso es lo que estamos peleando.
Contamos con Rastros TIF, pero hay que meterles infraestructura de cortes especializados y de congelación. Hoy el gran éxito de México es la «carne caliente» en el mercado nacional; es decir, se sacrifica al animal, se refrigera un día y al siguiente entra al comercio. Sin embargo, lo que es la carne fría es la que viene congelada de la Unión Americana.
Los porcicultores mexicanos tenemos la certeza de que de que, «lo que no es bueno para los norteamericanos, no debe ser bueno para los mexicanos» y carne que viene congelada de Estados Unidos, en ocasiones tiene años de mantener esa condición. Eso hace que cuando el ama de casa la cocina, el tamaño se reduce. «Esto es un engaño al consumidor. Debemos competir lealmente, en igualdad de condiciones», puntualizaron.
Al final de sus exposiciones, manifestaron que los porcicultores tienen gran disposición de apostar a esta actividad a favor del país, misma que ofrece 8.1 millones de empleos; ofrecemos nuestro patrimonio, nuestro ingenio y capacidades técnicas y científicas. Y no sólo eso, sino que la carne mexicana es fuente de proteínas y una opción para aumentar la capacidad nutritiva de la población del país.