Durante el siglo XIX la expresión del arte sacro se vio entorpecida con el cambio de poderes en la Iglesia católica y fue en el siglo XX cuando hubo un nuevo intento por recuperar el lenguaje contemporáneo de éste que representa la unión del hombre con la religión a través, por ejemplo, de la pintura, señaló José Luis Camacho Gazca, estudiante de la Maestría en Estética y Arte de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP.
En su participación con la conferencia «El Arte Sacro Después de Cristo» en las Primeras Jornadas Estudiantiles de la Maestría en Estética y Arte para discutir el arte, que realizó esta unidad académica, el estudiante construyó un panorama objetivo sobre la situación del arte sacro actual y la dificultad para lograr un lenguaje contemporáneo.
Comentó que al paso de los siglos el arte sacro ha intentado determinar cada paisaje y aspectos divinos por medio de pinturas, esculturas y mosaicos; las representaciones más frecuentes son: el bautismo, el juicio, la crucifixión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, también muestran a la Virgen María o imágenes de la Biblia.
Este arte independientemente del planteamiento filosófico entre el saber y el ser, es un recorrido por las técnicas aplicadas a las artes y su producción, además de un elemento esencial en la historia ilustrada de la evolución artística, destacó Camacho Gazca.
Agregó que el arte sacro ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad, como manifestación de lo que el hombre cree y de cómo percibe y siente la realidad que lo rodea; «por ello es importante conocer nuestros antepasados y saber desde dónde se buscó plasmar una expresión artística, la cual se ha visto obligada a tener una relación con la Iglesia para con ello poder mostrar una relación más cercana con el mundo artístico».