La transformación del Colegio del Estado en Universidad de Puebla significó un cambio político importante, porque de esta manera se fomentaron las tres funciones que en siglo XX se consideraron sustantivas en la universidad: investigación, docencia y difusión de la cultura, expuso Jesús Márquez Carrillo, miembro del Consejo de la Crónica de Puebla.
En la mesa redonda «La universidad pública hoy», dentro del marco de las actividades del 75 aniversario de la transformación del Colegio del Estado en Universidad de Puebla, que realizó el Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP, el investigador comentó que dicha metamorfosis se estableció con el fin de cubrir las necesidades de los tiempos modernos.
En ese entonces el concepto de universidad significaba «una organización de carácter científico y docente, propagadora de la ciencia universal y propulsora del pueblo en el que actúa, para preparar profesionistas y técnicos que discutan ideas y tendencias, así como problemas en función del bienestar social».
El también miembro del consejo editorial de la revista Bulevar, agregó que este cambio «tuvo que ver con la manera en cómo el estado posrevolucionario se legitimó, donde se trató de hacer predominar el imperio estatal y consolidar el cacicazgo avilacamachista», es decir, cómo la universidad pasó a manos del Estado.
En su intervención Humberto Sotelo Mendoza, coordinador de investigación del Programa de Estudios Universitarios Comparados, señaló los factores que dieron pauta a esta transformación, la cual «le convino a los estudiantes, quienes le sacaron jugo en espera de mejores condiciones y lucharon después por un proyecto de autonomía».
Puntualizó que el Colegio del Estado se distinguió por su gran prestigio académico, el cual se mantuvo a lo largo de la historia pese a las vicisitudes políticas y sociales en las que se vio envuelto el país y el estado de Puebla.