Maripaz acaricia el triunfo en Riobamba

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Gran tarde de toros se vivio este sábado en el coso monumental Raúl Dávalos de la provincia ecuatoriana de Riobamba, conocida como la capital taurina de aquel país sudamericano, dentro de la segunda corrida de la feria del Señor del Gran Suceso en la que los espadas actuantes brindaron gran espectáculo gracias a su deseo de triunfo y quienes meritoriamente pasearon un total de cinco orejas pudiendo ser más, de no ser por las espadas que le jugaron la mala pasada a las toreras.
Ante más de un tercio de entrada en clima frío y lluvioso, se lidió un encierro combinado de Charrón y Vista Hermosa que debutaba en la plaza, variado en juego y presentación, destacando 3o y 5o, en la que el diestro quiteño Álvaro Sampér paseó tres orejas convirtiéndose en el único triunfador de tan entretenido festejo.
Maripaz con su primero firmó una faena de 24 kilates, abriendose de capa con larga cambiada rodilla en tierra, para posteriormente dejar su suave sello a la verónica y rematando con la media que embarcó de inmediato al público en lo que adelante pasaría durante el festejo. Ya con la muleta, estructuró una faena llena de maestría, elegancia, temple y sentimiento, aprovechando las embestidas de un repetidor burel de Charrón que metía la cabeza con alegría pero exigía mano firme y sitio del otro lado de la tela y con el que se adornó con martinetes, molinetes y el de pecho, para pasaportarlo con entera poco tendida pero efectiva que valió el corte de una oreja que al rspetable se le hizo poco por lo demostrado por la lidiadora en turno.
Con su segundo, la ibérica repitió color con la capa aprovechando la embestida codiciosa del bravo de Vista Hermosa. Ya con la sarga tardó en acoplarse con su contraparte a quien no le confió en las primeras tandas dado a que se acostaba un poco por el derecho; no obstante ello, con la de cobrar trazó muletazos largos y sentidos que arrancaron los olés de un público que sin importar el clima, se encontraba al borde de la locura, al tanto que llegó a solicitar el indulto del astado que poco a poco fue creciendo, al punto de requrir a su lidiadora que lo continuara toreando, misma que no compartió la opinión del respetable llendose por uvas y dejando una estocada que aunque de efectos, de colocación un tanto defectuosa, lo que poco le importó al público que exigió al menos un premio para la malagueña, que el juez de plaza no concedió pasando por alto la bronca en su contra, robando la puerta grande a la española, quien se negó a salir a recorrer el anillo de arena del coso ecuatoriano por el enojo que cursaba.
El torero local Álvaro Samper firmó dos interesantes faenas, la primera que le sirvió para desorejar a su contraparte, la cual se mostró noble pero justo de raza, más sin importar ello, le arrancó tandas de mucho mérito y pasaportó con volapié de academia hasta la empuñadura para pasear dos trofeos. Con el sexto un ejemplar carente de clase, no se conformó e intentó obtener la rotundidad en su triunfo, luciendo de capa y con la muleta estructuró un trasteo esforzado por ambos lados, subiendo de tono por el derecho donde ligó y emocionó a placer, para repetir número con la espada y pasear meritoria oreja.
Por su parte la michoacana Hilda Tenorio tocó pelo en el cuarto como premio al esfuerzo al machetearle al negrito del encierro, al cual montada en chiqueros le intentó hasta lo imposible y despachó con tres cuartos de efectivo acero. Con el que cerró plaza, dejó ir la puerta grande gracias a su ineficacia con la toledana al pinchar una entonada y por momentos vibrante faena que inicio con bellas verónicas y fraguó con par de tandas por la diestra de gran calidad.
Abrio plaza el rejoneador Enrique Cobo que sudó lo indeseable ante un ejemplar que le regateaba las embestidas y con el que se mostró paciente teniendo que exponer muy cerca de los tableros y al que le pudo arrebatar una oreja de no haber sido por su falta de atino con el rejón de muerte el cual quedó muy trasero siendo necesario el descabello para retirarse previo a meritoria vuelta.