Ofrece la Orquesta Sinfónica Nacional un emotivo concierto en homenaje a José Pablo Moncayo en el Palacio de Bellas Artes

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Cinco obras disímbolas pero unidas por un solo talento, el de José Pablo Moncayo, dieron cuenta, la noche del viernes 29 de junio, sobre la universalidad de este compositor, considerado pieza clave en la identidad musical de nuestro país.

El presidente de la República, Felipe Calderón, ofreció un mensaje poco antes del magno concierto-homenaje de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes.

«Los mexicanos estamos orgullosos de nuestra nación por la enorme fuerza cultural que tiene, como la música de José Pablo Moncayo, cuya obra nos distingue más allá de nuestras fronteras, los invito a conocer el gran legado de este mexicano universal».

Así lo expresó el mandatario, quien realizó la entrega simbólica al titular de la SEP, José Ángel Córdova Villalobos, la edición conmemorativa realizada con el apoyo del Conaculta y donde a través de ocho CDs y partituras  se rescatan 30obras del compositor mexicano.

Con la dirección de Carlos Miguel Prieto y la participación de la flautista Julieta Cedillo, el concierto dio inicio con la interpretación de Amatzinac, en la que la solista y la agrupación musical más importante del país, dieron muestra de su gran dominio técnico, pasando de tonos suaves y poéticos a escalas vertiginosas representativas de Moncayo.

A continuación, la orquesta ejecutó la obra Cumbres, seguida de Bosques, mismas que recibieron un largo aplauso por parte de los seguidores de la obra de Moncayo, presentes en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

La obra Bosques, presenta en opinión de los expertos a un Moncayo que transita en terrenos aparentemente inconexos: el nacionalismo muy mexicano y un impresionismo de corte netamente europeo.

El concierto continuó con otra obra emblemática del compositor, Sinfonietta, estrenada un 13 de julio de 1945 y con tres movimientos allegro, lento y allegro, que fueron muy aplaudidos como preámbulo para el final de la velada musical.

«Esta pieza está dedicada a todos los mexicanos», afirmó Carlos Miguel Prieto, poco antes de iniciar la interpretación del célebre Huapango, considerado por muchos el segundo himno nacional de México y que produjo un efecto hipnótico en el público que celebró de pie, junto con el presidente Felipe Calderón, la interpretación.

En un acto poco común, el público continuó aplaudiendo por más de 5 minutos, logrando que la orquesta saliera nuevamente al escenario.

Carlos Miguel Prieto anunció una segunda interpretación del Huapango: «Esta vez va con más ganas», afirmó el director, quien dirigió nuevamente a la orquesta por los pasajes de esta obra cumbre, que fue nuevamente celebrada por el público en una explosiva ovación que resonó por la sala principal del coloso de mármol.