Veracruz continuará siendo el granero y reserva de la nación, como también seguirá siendo el mejor aliado del Presidente de la República. Veracruz, seguirá siendo tricolor, con respeto a la pluralidad y designios de la población. Es el nuevo mensaje de las urnas.
Así es. En Veracruz el Partido Revolucionario Institucional se posicionó como primera fuerza política, triunfando en 16 de 21 distritos, el Senado y la presidencia de la República con Enrique Peña Nieto. Considerando los resultados anteriores y el contexto de un cúmulo de adversidades para el PRI, que se desarrollaron las campañas en Veracruz, los resultados no pudieron ser mejores. En democracia, con un punto de diferencia se gana.
Prueba superada. Los analistas expresan que son miles de veracruzanos de los 212 municipios, los que han corroborado que las políticas públicas que se aplican en la Entidad han ofrecido resultados positivos en las diversas áreas, pues lo mismo ha impulsado la creación de empleos y la apertura de empresas, que el crecimiento de la red carretera, sin dejar de promover una superación constante del sistema educativo, lo que contó en la jornada electoral y sirvió para que el Partido Revolucionario Institucional consiguiera el triunfo.
Una vez pasada la prueba de ácido, el gobernador Javier Duarte de Ochoa cercano a Enrique Peña Nieto, debe sentirse satisfecho de los resultados electorales obtenidos. Ahora a trabajar en el contexto del Nuevo PRI, para gobernar con transparencia, eficacia y resultados. Indudablemente el triunfo de los candidatos priistas refleja el respaldo de los ciudadanos veracruzanos a la administración que encabeza desde diciembre de 2010.
Para medir el grado de organización del equipo de AMLO, a continuación incluyo su catálogo para la operación electoral, aunque usted no lo crea:
1.- Descalificar a la autoridad sembrando la duda acerca de la honorabilidad de sus actos y la legalidad de sus determinaciones.
2.- Ubicarse en el escenario político como víctima.
3.- Crear problemas de índole legal, amplificándolos a través de los medios de comunicación y culpar de ellos al adversario.
4.- Anunciar fraudes y culpar a las autoridades de su posible consumación.
5.- Generar violencia y culpar a las autoridades de ella.
6.- Intimidar a la autoridad, amenazarla con paros, manifestaciones y toma de instalaciones.
7.- Presentar demandas que de antemano se sabe no serán satisfechas por la autoridad, a fin de acusarla de intransigente.
8.- Señalar al gobierno como autoritario e intolerante.
9.- Promover una corriente de opinión pública que califique al provocador como portador de la razón.
10.- Denunciar a los medios de comunicación como corruptos, cuando no apoyan la causa.
11.- Motivar expresiones de simpatía de parte de miembros distinguidos de la comunidad.
12.- Presentarse como perseguido político por causa de su lucha.
¿Qué le parece?
Mónica Ruiz González
Analista
monicaruizgonzalez1@gmail.com