Washington.- Hillary Clinton sabe que sin respaldo de los latinos se diluirán sus aspiraciones de convertirse en 2016 en la primera presidenta de Estados Unidos, por eso mantiene hoy a ocho hispanos en lugares estratégicos de su equipo de campaña.
Sobresale dentro de ellos Amanda Rentería, de origen de mexicano, en el cargo de directora de política nacional.
Por su parte, Betsaida Alcántara, una dominicana, recién fue nombrada como nueva directora de planeación de medios.
A esta lista se suman LorellaPraeli, una joven peruana llegada a Estados Unidos en su infancia, quien rectorea el ámbito de las relaciones con la comunidad hispana.
Xochitl Hinojosa, de ascendencia mexicana, es por su parte directora de prensa hispana, afroamericana, orientada a la mujer y otras.
Completan la lista Emmy Ruiz, como directora de campaña en Nevada y Paola Ramos, en el departamento de comunicaciones.
Los hispanos Jorge Neri, en Nevada, y Matt Ortega, que forma parte de la estrategia enfocada en Internet y las redes sociales, también integran el equipo.
A inicios de mayo, la exsecretaria de Estado (2009-2013) defendió una reforma migratoria que regularice el estatus legal de los 11 millones de indocumentados que se calcula residen en esta nación norteña.
Durante un evento de campaña junto a jóvenes hijos de inmigrantes -llamados «dreamers» (soñadores)- en Las Vegas, estado de Nevada, Clinton subrayó la necesidad de crear una vía hacia la ciudadanía plena de ellos y sus familias.
Tras establecer su postura, la favorita para agenciarse la candidatura demócrata señaló que este compromiso la diferencia de sus competidores republicanos.
El tema migratorio es uno de los que polariza el debate político en Estados Unidos y seguramente marcará la pauta de cara a los comicios presidenciales del año próximo, pues los republicanos han declarado la guerra a las acciones ejecutivas del presidente Barack Obama para regularizar la situación de millones de inmigrantes.
Informes de distintos centros académicos y encuestadoras coinciden en que el candidato que aspire a sentarse en la silla de la Oficina Oval, debe alcanzar al menos el respaldo del 40 por ciento de los potenciales votantes de origen hispano.