Derechos Humanos, letra muerta
El tema de derechos humanos se trata desde el siglo XVIII en la Revolución Francesa, ahí se habla de los derechos universales de las personas. En México ya los independentistas como Hidalgo y Morelos abolieron la esclavitud para que todo ciudadano fuera libre. Hoy en pleno siglo XXI lo que dicen las leyes sobre derechos humanos es muy diferente a la realidad que se vive.
En México hay una serie de hechos que señalan la violación constante de los derechos individuales, las leyes establecen claramente los derechos de todo ciudadano, pero no se respetan, ese es el problema.
En la Constitución de 1917 se habla también de las garantías individuales, el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, a la libertad de expresión, de manifestación, etc. México tiene muy buenas leyes en materia de derechos humanos pero sólo son eso, leyes, que no se ponen en práctica.
En el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se creó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, lo mismo se hizo en cada uno de los estados, el objetivo, por supuesto, fue defender y proteger los derechos de los ciudadanos. La CNDH nace como institución del gobierno para recibir denuncias sobre violación de derechos humanos, la institución investiga y obtiene una conclusión sobre los hechos, luego emite recomendaciones
La CNDH puede ser una gran institución al servicio de los ciudadanos si fuera independiente, un organismo autónomo, ciudadano, que emitiera resoluciones, no recomendaciones, que no tuviera nexo alguno con gobiernos y partidos políticos, que fuera al fondo de los asuntos.
Si la CNDH fuera un organismo autónomo daría mejores resultados, protegería mejor a los ciudadanos cuyos derechos son violados por instituciones, particulares, y empresas. La CNDH es un órgano o institución de gobierno, lo que le impide actuar con plena autonomía.
Hay cientos de casos en los que la CNDH no va al fondo o se declara incompetente, lo mismo pasa en los estados en donde las Comisiones de derechos humanos dependen de los gobiernos estatales. Si los acusados son funcionarios públicos la Comisión no siempre acusa o determina que hubo violación a los derechos humanos porque los acusados forman parte de las instituciones de gobierno.
Sólo hay que visitar los centro penitenciarios del país para conocer el cúmulo de violaciones a los derechos de las personas ahí recluidas ¿Cuántos de esos presos son realmente culpables de los delitos que los acusan? No se sabe, pero deben ser muchos, cientos y miles de mexicanos que están purgando condenas por delitos que no cometieron.
Es aquí por ejemplo en donde la CNDH debe intervenir eficazmente emitiendo resoluciones sobre la inocencia de personas que están encarcelados por delitos que les inventaron y que carecen de recursos para contratar buenos abogados.
La cárceles del país están llenas de ciudadanos que fueron víctimas de engaños y maniobras legaloides para acusarlos de delitos. Es cierto, también están ahí verdaderos delincuentes, los que muchas veces logran salir libres porque la ley y la corrupción tienen muchos vericuetos que hasta a los malos beneficia.
En México la corrupción es tanta y por todos lados que causa temor entra al mundo jurídico, al mundo del derecho, al mundo judicial. Aquí entran muchos intereses, miles de intereses, de jueces, ministerios públicos, abogados, las violaciones a los derechos humanos son constantes, diarias.
Los abogados, hasta con maestrías y doctorados, que se supone, están formados para defender la ley, los derechos humanos, son famosos por torcer la ley, los principios del derecho, se venden al mejor postor, llegan incluso a traicionar al defendido a cambio de dinero, por unos, y no pocos, se daña la imagen de todos los estudiosos del derecho.
La CNDH si funcionara como debe ser tendría mucho que hacer defendiendo los derechos de miles de personas, emitiendo resoluciones, más que recomendaciones.
Con una CNDH realmente competente e independiente se frenarían muchos abusos en el mundo judicial, en los procesos jurídicos, habría un organismo defensor de derechos humanos.
Pero no sólo es en el sector judicial en donde se violan los derechos, por los abusos que se cometen, sino en las mismas cárceles en donde todo es negocio, todo se paga, todo es control. Derechos humanos debería hacer visitas no anunciadas para darse cuenta de lo que ocurre y tomar medidas.
En el mundo indígena hay miles de violaciones a los derechos y no aparece la Comisión, la pobreza en que viven miles de indígenas se debe en muchos casos a que pisotean sus derechos, les compran muy baratos sus productos, les pagan miserias por su trabajo, y les venden muy caros los servicios y productos, y cuando llegan a tener conflictos legales llevan siempre la de perder.
Necesitamos un nuevo defensor de los derechos humanos, pero el modelo económico- político en México no lo permite, al modelo no le interesan los derechos humanos, le interesan los negocios, por eso permite la cadena de corrupción en los órganos encargados de impartir justicia.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos fue buena idea del gobierno de Salinas, lo malo es que no se le dio autonomía para operar, depende del gobierno, así no puede acusar al mismo gobierno que la creó.
Para que funcione la CNDH federal y en los estados debe ser un órgano ciudadano, autónomo, y con plenas facultades para investigar y acordar resoluciones en contra de quien sea que viole derechos humanos, sin importar si es parte del gobierno, del sector privado o de la sociedad civil, la ley se imparte o debe impartirse sin distingos.