Color, música y tradición en la actuación del Ballet Folklórico del Estado de Hidalgo en Bellas Artes

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Un mosaico de bailes tradicionales llenos de armonía, color y música fue lo que presentó el Ballet Folklórico del Estado de Hidalgo en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes la tarde del lunes 13 de agosto, en el marco de la temporada «Ciclo de danza en el Palacio».

Con el apoyo del INBA/Conaculta, a través de la Coordinación Nacional de Danza, ofreció el programa Hidalgo, su música y sus danzas, bajo la dirección de Álvaro Serrano Gutiérrez, fundador y director de la compañía de danza con la presencia escénica más vigorosa de las últimas tres décadas.

En el repertorio mostraron desde los bailes de la población nativa prehispánica hasta los ritos para difundir la religión cristiana, pasando por los sones huastecos que, a lo largo de hora y media, mantuvieron pendientes a los asistentes que en todo momento regalaron aplausos.

En la única función que la compañía ofreció en el recinto de mármol, en la que también se presentaron grupos de música típica y tradicional como los Pregoneritos de Hidalgo, el trío huasteco Los Hidalguenses, además de los cantantes Santamaría Vergara, Valentina Gaspar y Julio César, casi un centenar de bailarines lucieron trajes tradicionales de la región huasteca, para así dar una muestra magistral de la riqueza de aquel estado de la República.

En el evento, el ballet ofreció un recorrido por la cultura hidalguense en seis bloques que representaron cada manifestación cultural de sus regiones, mismo que inició con la Danza de los concheros, que consistió en presentar las raíces mexicanas prehispánicas y las diversas fiestas religiosas, donde además del baile, sobresalió la vestimenta multicolor, los penachos de plumas y el sonido de los ayoyotes.

Después, originarias del Valle del Mezquital, se presentaron la Danza de las pastoras, representación en honor a la virgen María, y la Danza del Ixtle, en la que se ejemplificó el tallado de la lechuguilla durante el proceso de elaboración del ayate.

Otra de las representaciones que se pudieron observar durante la función fue la charrería: Al ritmo de la Banda Sinfónica de Hidalgo se presentaron actividades propias, como clasificar y apartar animales, al tiempo que el floreador Marcelo Arrieta realizaba figuras y acrobacias con la reata, lo que arrancó los bravos y aplausos de los presentes.

Le siguió una mofa de los bailes españoles de la época de la Colonia con La danza de los arcos, en la que se observó una vistosidad multicolor de arcos y listones, para después ser testigos de una coreografía creativa: la Danza de los mineros, en la que se idealiza el trabajo en la mina y se rinde un homenaje a la primera huelga minera en Pachuca, en 1766.

El programa concluyó con el bloque dedicado a la huasteca hidalguense en el que se representó una boda que termina en tragedia y sones en los que los integrantes del Ballet presentan giros y evoluciones con los que se representa a la mujer asediada, pero que, a la vez, trata de atrapar al hombre.

Al agradecer el tiempo y la presencia del público, los bailarines recibieron un unísono «¡Bravo!», acompañado de prolongados aplausos por la representación dancística que dio cuenta de la cultura de Hidalgo y del folclor de cada región que conforma al estado.