Oaxaca, Oax.- El reto inicial era atender a 250 músicos de distintas ciudades del país, pero la cifra se incrementó sustancialmente desde los primeros días, por lo que este domingo, al cierre de actividades de la décimo primera edición de Instrumenta Oaxaca 2014, 400 jóvenes celebraron haber participado en los cursos de perfeccionamiento musical impartidos por prestigiados ensambles, músicos y maestros de 12 nacionalidades.
«Es una situación inédita, nunca antes habían sido tantos alumnos. Además de los inscritos previamente, llegaron 150 jóvenes –en su mayoría oaxaqueños- solicitando un lugar como oyentes, de tal forma que fueron atendidos un total de 400 alumnos –entre activos y oyentes-, lo que nos llena de satisfacción», declaró Francisco Baca, coordinador ejecutivo del programa académico y artístico que tiene su arraigo en esta entidad.
La constancia del éxito de la labor formativa fueron los 40 conciertos de cámara brindados a lo largo de 10 días por los jóvenes músicos al lado de sus maestros y el gran concierto de clausura celebrado al medio día de este domingo, en el Teatro Macedonio Alcalá, con la Orquesta de Alumnos Instrumenta integrada por una selección de alrededor de 80 jóvenes, bajo la dirección del maestro Iván López Reynoso.
En este domingo de fiesta no podía faltar una sorpresa de lujo: la intervención musical de los 12 espléndidos músicos de metales del Belgian Brass, que decidieron volver a tocar para sus alumnos, colegas y público en general, minutos antes de partir al aeropuerto para abordar el avión de regreso a su país.
El concierto de clausura sirvió de marco para la entrega del Reconocimiento a la Trayectoria Instrumenta Oaxaca 2014, en el ámbito local, a Mauro Delgado Jiménez, por su importante labor para lograr la existencia y continuidad, a lo largo de 37 años, del Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe de Santa María Tlahuitoltepec; por ser el impulsor de bandas filarmónicas que han permitido fortalecer la música tradicional de los pueblos indígenas y por dedicar su vida a la promoción y rescate de la cultura, los valores y tradiciones de la Sierra Norte de Oaxaca.
Fue el Secretario de las Culturas y las Artes de Oaxaca, Francisco Martínez Neri, quien hizo entrega del reconocimiento -una pieza escultórica de Sandra Pani-, minutos después de que Ignacio Toscano, creador e impulsor de Instrumenta Oaxaca agradeciera a los técnicos y personal de las sedes académicas y artísticas, recintos de esta edición; a los maestros y alumnos; a los medios de comunicación, pero sobre todo al público «que nos permitió robarles un poco de su alma para depositar en ella nuestra música y la esperanza».
El programa de clausura interpretado por la Orquesta de Alumnos Instrumenta incluyó, además de «Coral» de Bach; la Sinfonía No. 25, de Mozart; «Hacia el comienzo» pieza de Mario Lavista, inspirada en textos de Octavio Paz, con la intervención de la mezzosoprano Guadalupe Paz; el concierto para guitarra y orquesta No.4 «De Toronto», de Leo Brouwer, en el que destacó la participación del virtuoso alemán Thomas Müller-Pering, y como broche de oro un emotivo «Dios nunca muere», el himno de los oaxaqueños.
Bajo la conducción del director de orquesta Iván López Reynoso, los jóvenes músicos dieron muestra del aprendizaje alcanzado en dos semanas de intenso trabajo de mejoramiento de su técnica musical e interpretativa, bajo la guía de maestros como los integrantes del cuarteto inglés Brosdky Quartet y el ensamble Belgian Brass, así como el clarinetista colombiano Javier Asdrúbal Vinasco, la pianista y pedagoga mexicana Edith Ruiz, el oboísta inglés Nigel Shore; el fagotista de costarricense, Marcelo Padilla; el flautista venezolano-uruguayo Efraín Oscher; y el contrabajista venezolano Edicson Ruiz, entre otros.
«Los alumnos no sólo son talentosos, están ávidos de aprender; tratan de absorber todo el conocimiento. Es hermoso ver cómo están aplicando las técnicas y guías interpretativas del lenguaje musical que les damos. Que en dos semanas se vea un cambio es fantástico. Eso muestra una alta flexibilidad y un talento para poder cambiar las costumbres interpretativas con las que uno crece», observó Efraín Oscher.
«Estoy muy contento de ver cómo muchos de los jóvenes toman la información y la aplican, y he visto un gran cambio. Lo bonito de trabajar con estos músicos es que llegan con muchas ganas de aprender, siempre están tomando nota, tratando de dar lo mejor de sí. Y nadie está obligado a ello», opinó por su parte el costarricense Marcelo Padilla.
Gustavo Martín, coordinador de cuerdas, habló de los resultados notables en términos de participación. «Los alumnos de cuerdas se batieron mano a mano con los profesores del Brodsky Quartet, lo cual fue una experiencia extraordinaria para ellos; tuvieron clases constantes y una actividad fuerte a nivel interpretativo con conciertos tanto en Oaxaca como en las afueras, lo cual fue muy productivo para los muchachos. Se procuró que todos los instrumentistas que eran alumnos activos tuvieran un equipo con el cual trabajar, y los oyentes estuvieron recibiendo también esas enseñanzas».
Todos los alumnos nos preguntan qué va a ocurrir después de Instrumenta Oaxaca 2014, lo cual habla de lo «jugosa» que ha sido esta experiencia en términos de integración humana, de convivencia entre profesionales y alumnos, de vida con la música. Haber logrado que la música estuviera presente en muchos lugares y que los alumnos puedan decir que realmente aprendieron y que compartieron su música, nos dice que el trabajo que se realizó está dando frutos y que estamos aportando algo a la comunidad, lo cual era una meta importante», enfatizó Martín.
«Instrumenta Oaxaca está dejando una riqueza que de pronto aquí no se ve, pero que está en las cabezas de cada uno de estos jóvenes y va a dar frutos en un mediano plazo», aseguró el clarinetista colombiano Javier Asdrúbal Vinasco.