Luego de 13 años de esfuerzo y constante trabajo por parte del escultor Pedro Dávalos Cotonieto, quien con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), logró cuajar la creación del Centro Cultural «Antonio Trejo», inaugurado el pasado 21 de julio.
Mexicano, escultor, reproductor y conservador de bienes culturales, artesano, maestro, torero y corredor de autos, y ahora director de este recinto cultural, explicó a Conaculta que este espacio representa años de trabajo enfocado a la recuperación de las artes y oficios que se han perdido en más de 200 años en la escultura de caña de maíz.
El Centro Cultural «Antonio Trejo» es un espacio que cubre 3 mil 700 metros cuadrados en donde alberga parte de una escuela, dos bibliotecas y un amplio jardín que cuenta con una construcción con trojes de madera por las que, en una segunda etapa, serán el punto de partida para la construcción de un «Tunel del Tiempo» por el que los visitantes recibirán una pequeña explicación introductoria al jardín.
«Tendrá un espacio definido de alrededor de 500 metros cuadrados donde se hablará desde la prehistoria hasta el arte moderno y contemporáneo. Será una pequeña sala de arte universal, donde los niños llegarán a una gran cueva que simulará parte de la decoración de los bisontes en las Cuevas de Altamira. Esto es con la idea de poder dejar una huella de las culturas a través de la historia, porque en la provincia se desconoce todo esto, y más en la comunidad de Tupátaro.»
En este punto, Dávalos Cotonieto, maestro del Taller de Recuperación de las Técnicas y Oficios de la Caña de Maíz en dicho centro cultural, recalcó que por eso era fundamental crear este centro que contara con la estructura necesaria para que los niños, jóvenes y adultos continúen estudiando y leyendo a través de los círculos de lectura que también se están programando y en donde ya se cuenta, incluso, con menores que abarcan desde los dos años de edad a quienes se les imparten actividades culturales y formativas desde temprana edad.
«Tenemos una población rural, por ello tenemos el complemento dentro del centro cultural que es un centro de capacitación para el trabajo en donde estamos desarrollando toda una carrera.»
Son dos carreras las que ya se han implementado, destacó el escultor Dávalos: Técnico en artes plásticas y Técnico en cultura de caña de maíz, ambas tendrán una duración de tres años, pero además se cuenta con un siguiente bloque que es Formadores de capacitadores para las escuelas rurales.
«Estamos dando la posibilidad de desarrollar lo que estamos sembrando. Primero hicimos un taller, ya tenemos a gente que se ha formado, pero no teníamos una certificación por parte del estado y esto nos está permitiendo que a través de la certificación podamos tener capacitadores en el campo que podrán llegar a las primarias, secundarias, telesecundarias que hay alrededor de lo que es Santiago Tupátaro.»
Con esto, reiteró, se está cerrando un círculo que motive a que el estudiante continúe sus estudios, no sólo en la parte de las artes y oficios, sino en todos los ciclos educativos.
«Les da mayor posibilidad en el campo y ayuda a detener un poco el problema de la migración constante. La población de Tupátaro ahora cada vez más joven se va del país y la desintegración familiar es muy frecuente.»
En cuanto al jardín, Pedro Dávalos enfatizó que se trata de una amplia muestra de réplicas escultóricas, como los Atlantes de Tula, el Calendario Azteca, piezas de Palenque, de la Venta de Tabasco, así como una aproximación al proceso creativo tras 40 años de trabajo de éste escultor, quien desde 1999 llegó a este pequeño poblado que lo capturó y enamoró por sus paisajes y su gente.
Tupátaro, perteneciente al municipio de Huiramba, es un pequeño poblado de Michoacán con un aproximado de población de 646 habitantes, que ahora cuenta con un Centro Cultural «Antonio Trejo» que se reconoce como la materialización de un gran aporte a la cultura y a la historia de la entidad.
Dávalos agregó que cuenta con «otro espacio de más de 7 mil 700 metros cuadrados destinados para que siga creciendo este centro cultural, ahora con un auditorio, una biblioteca más completa, bien forjada, además de una fonoteca y una filmoteca.»
Todo esto se está trabajando y se está en espera de un apoyo, ya están listo el proyecto realizado, incluso están listos todos los planos, comentó, falta el último empujón.
El maestro tiene el puesto de Maestro especializado en taller de artes plásticas en el INAH, pero con sus propios recursos ha realizando todo esto para la comunidad, «para mí lo más bello es invertir en este propósito que me he fincado con todo el apoyo que tengo del INAH.»