El Fanatismo es un fenómeno psicológico-cultural que genera una actitud de confianza hacia un personaje o institución científica y que a menudo se desarrolla en la adolescencia a partir de los 12 o 13 años, expresó Olimpia Juárez Núñez, docente de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP.
El fanatismo nace de la necesidad de confiar en algo, «es una creencia ciega de índole meramente psicológica emocional. El fanático es totalmente contrario a un devoto, ya que éste es un creyente racional con una experiencia que implica rituales en la religión que profesa. El fanático, por el contrario, persigue a toda costa una idea o búsqueda de identidad», indicó.
La profesora señaló que este fenómeno es muy complejo en las personas porque abarca diferentes campos de la vida del individuo y a diferentes niveles de repercusión en la misma sociedad, por ejemplo cuando son fanáticos en cualquier ámbito artístico, que es la esfera más común, no causan ningún daño, pero cuando son miembros de sectas religiosas o satánicas, derivan cualquier tipo de violencia tanto dentro como fuera del grupo.
Por su parte, el maestro Óscar Calderón Morillón, también académico de la FFyL, añadió que las sectas son un conglomerado de personas activas en su religión, muy conservadoras y que respetan su tradición; «tienen como compromiso divino explicar el por qué su presencia en la sociedad».
Las sectas no son tribus urbanas, grupos que se mueven por una moda en común, tampoco se pueden confundir con los movimientos sociales porque estos tienen el objetivo de conseguir un bien común, «hago referencia en el Distrito Federal por la década de 1980 cuando el gobierno tenía cierto descontrol en lo que llamaban pandillas en ese entonces, porque eran jóvenes muy territoriales», pero hoy se conocen como tribus urbanas, en las que los jóvenes se expresan libremente mediante su forma de vestir y la mayoría de ellos no son grupos conflictivos», enunció Calderón Morillón.
Otro grupo relacionado con el fanatismo son los movimientos de resistencia, ejemplo de ello son los palestinos. Estas corrientes pelean a matar, en algunas ocasiones para defender su identidad religiosa ante la dominación de grupos que los manipulan por medio de un «elegido» para ganar más territorio, abundó Juárez Núñez.
Por último, el fanatismo es un hecho negativo cuando se lleva a la dominación y manipulación sobre otras personas, en el que el «elegido» piensa que sólo se puede llegar a su objetivo mediante la violencia y el aprovechamiento de la sociedad, por lo que la docente de la Facultad de Filosofía y Letras recomendó admirar lo que se desee pero con racionalidad.
