Los tenedores de bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) rechazaron la propuesta del gobierno de recomprar una parte de esos papeles e incorporar el resto al proyecto que lo sustituirá en la base de Santa Lucía.
Los inversionistas extranjeros, representados por el despacho internacional Hogan Lovells, compraron seis mil millones de dólares para la construcción del ahora extinto aeropuerto de Texcoco que se colocaron entre 2016 y 2017.
Ese despacho de abogados alega que el nuevo sistema de aeropuertos propuesto por el gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador en la base militar de Santa Lucía, en el estado mexiquense, no tiene la misma perspectiva de crecimiento que el de NAIM desechado por la nueva administración federal.
La actitud de los tenedores de bonos obstaculiza los planes del gobierno, el cual discrepa de los argumentos planteados de que su oferta de recompra contempla cambios en los contratos relacionados con las garantías y fuente de pago de las obligaciones pues se le reduce de sus beneficios el colateral.
No obstante, el despacho dijo que los dueños de esos bonos están dispuestos a negociar los términos propuestos por el ejecutivo federal, pero insistió en que albergan algunas inquietudes por las que no pueden apoyar la versión actual de la propuesta.
Según un comunicado público, el grupo expresó su preocupación por la liberación y eliminación de garantías de pago, pues al cancelarse las obras del NAIM se estaría cayendo en un incumplimiento.
En el fondo, según algunos observadores, se trata de una resistencia de los inversionistas al plan de gobierno de eliminar el costoso aeropuerto y en su lugar ampliar y reacondicionar la base de Santa Lucía para sustituirlo. López Obrador se mantiene firme hasta ahora en su idea, ya sometida a referendo popular.
