José Emilio Pacheco dialogó con estudiantes de la BUAP

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Entre aplausos, fue recibido el escritor José Emilio Pacheco, quien tuvo un diálogo con estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP y público en general que se dio cita en la Casa de las Bóvedas, en el marco del XII Congreso Internacional de Poesía y Poética, que realizó esta unidad académica.
En un ejercicio poético, a manera de introducción, estudiantes del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica, leyeron algunos poemas que escribieron para esta ocasión, entre ellos «Un futuro con olor a tierra»: Viejo a 13 mil 700 millones de años/ materia reformulada del cosmos/ estela y penumbra/ eclipse parcial de noche profunda/ llama que parte las sombras/ visión y cadáver, explosión….
Mediante una dinámica de preguntas y respuestas, a José Emilio Pacheco se le cuestionó sobre si la literatura puede ser una salvación; con toda calma, él respondió: «No sé si pueda ser una salvación, creo que sí pero de una manera muy indirecta, no tiene un efecto como el que pudiera tener un hecho físico concreto. La poesía actúa siempre en el plano de lo individual y la intimidad. Una persona que lee poesía jamás podría ser un torturador o asesino, porque da una sensibilidad ante el mundo».
Ante tiempos sombríos y bañados de sangre, un estudiante preguntó ¿cuál es el papel del estudiante de humanidades?
«Parecería arrogante dictar una norma sobre lo que deben escribir los jóvenes y creer que funcionará. Para que exista un compromiso, tiene que ser una cuestión voluntaria y de interior, no tiene que ser un deber; la poesía no tiene que tener obligación». Contestó el Poeta y aconsejó a los asistentes hacer su trabajo lo mejor que puedan y «entonces eso será útil para los demás y para México».
Así como escribir epigramas, un aspecto popular que se ha olvidado, excepto los autores de narcocorridos que encuentran en ellos un romance perfecto; al igual que las calaveras, que llegó a ser un gran género político. «Se ha perdido mucho la versificación como si no fuera un instrumento de la poesía, algo para lograr otra cosa».
Agregó que la poesía puede alabar, «sí a la mujer, a una rosa, al mar, pero nunca alabar al poderoso, porque en ese momento se anula como poesía, en cambio es útil como sátira».
Más tarde comentó que en sus escritos, no siempre las vivencias que plasma en el papel son parte de su vida, al contrario conforman a lo que se conoce como hablante imaginario, quien cuenta una vida inexistente, que en ocasiones se parece mucho a las experiencias de otras personas.
El escritor José Emilio Pacheco habló también sobre la división generacional, clasificación que no termina por entender si es resultado de fechas de nacimiento o acontecimientos específicos, además de su utilidad.
Igualmente compartió sus opiniones sobre la traducción literaria de la poesía y el papel de los traductores; platicó anécdotas sobre su novela «Las batallas en el desierto». Al final de su participación, los asistentes querían seguir escuchándolo pero el autor miró su reloj y dijo: «no me preguntes cómo pasa el tiempo».