Ramón Xirau, el creador y pensador que ha unido poesía y filosofía

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Octavio Paz definía al poeta y filósofo Ramón Xirau como un hombre-puente, puente entre poesía y filosofía, entre catalán y castellano, entre México y Cataluña, entre Europa y América, cuya obra lo ha convertido, según el también poeta Hugo Gutiérrez Vega, en uno de los grandes maestros contemporáneos de las literaturas catalana y mexicana.

 

A 91 años de su natalicio (Barcelona, España, 20 de enero, 1924) Ramón Xirau es uno de los intelectuales de origen catalán de mayor proyección en América, que llegó a México a los 14 años, como parte del exilio español, en una travesía que lo llevó por Marsella, París y Nueva York.

 

Fue en México, donde Ramón Xirau estudio filosofía, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México que se encontraba en el edificio Mascarones, en Santa María la Ribera, donde obtuvo la maestría en 1946 y años después, en 1955, obtuvo la nacionalidad mexicana.

 

El Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Literatura Hugo Gutiérrez Vega aseguró Ramón Xirau es “de los exiliados españoles más distinguidos y vivió su exilio con absoluta dignidad y adaptándose rápidamente a la realidad mexicana. Sin embargo, conservó un rasgo fundamental de su vida personal, que es la lengua catalana y siguió escribiendo tanto en catalán como español”.

 

Ramón Xirau escribe la poesía en catalán y la filosofía en castellano. Como él mismo señaló en una entrevista realizada en 2009, a punto de cumplir los 85 años, “la lengua no se elige, así me salió. Ignoro cuándo empecé a escribir poesía. Quizá cuando tenía 10 u 11 años.  Intenté crear poesía en francés y en castellano, pero me salía en catalán, la lengua de las sonoridades maternas y de la escuela. Escribo poesía en catalán por razones evidentes, por ser mi lengua materna, aprendida en el ámbito familiar y en las aulas. La poesía sólo la puedo escribir en catalán, es un asunto de sonido y ritmo”.

 

Por otro lado, el también ensayista, crítico literario, traductor, editor y profesor, advertía que él simplemente estaba “condenado a la filosofía. Mi padre, Joaquim Xirau, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona durante la República, antes de emprender el exilio a México en 1939, fue un gran filósofo, muy amigo de José Gaos y de Juan David García Baca. Josep Carner y Agustí Bartra me llevaron hacia la poesía. ¿Qué soy más, poeta o filósofo? Las dos cosas. Lo primero que escribí en mi vida fue un poema corto sobre un bombardeo en Barcelona. Me acuerdo del principio: ‘Como águilas que se lanzaban hacia su presa/ trajeron muerte y crimen…’, algo así”.

 

Para la también poeta María Baranda, Xirau “es un hombre muy humilde ante el poema, me gusta mucho eso, que es un hombre que escribe con los cinco sentidos abiertos en la página, o sea él escucha, él oye, él toca, él siente, es una poesía que se mueve mucho, que canta y que baila y lo curioso de él, que es una poesía que nunca busca definir una presencia en el ser, sino lo que trata de hacer es como de abrirse al mundo a través de la palabra”.

 

Para Ramón Xirau la poesía es una forma de conocimiento, por lo que María Baranda, continuó, “él vislumbra el trasmundo, lo que está detrás, es lo que más me impresionó”, pues en su papel de filósofo “tiene los cinco sentidos puestos, los ojos muy abiertos, el oído muy atento y el olfato, para saber muy bien, por dónde va el poema”.

 

En este sentido, Hugo Gutiérrez Vega consideró que la de Ramón Xirau es “una poesía deliberadamente ahorrativa de palabras, seca, directa y efectivamente está emparentada con su pensamiento filosófico, su poesía es reflexiva, de una observación del mundo, una mirada al mundo de las realidades, de la vida humana, yo creo que es una poesía de reflexión, de observación”.

 

Enrique Gallegos, en un artículo titulado Poesía de reverencia, filosofía de crisis en Ramón Xirau, apuntaba que lo primero que se advierte en los poemas del catalán, “es su brevedad. Versos cortos, de tres o cuatro líneas, trazos sencillos y directos, ¿sobre qué? La mayoría de su poesía tiene como contenido la naturaleza, como expresión directa o imagen de algo más. Naturaleza presente, viva, que expresa en su evidencia y misterio”.

 

Mientras que en materia de ensayos, continúa el texto de Gallegos, los de Ramón Xirau manifiestan dos preocupaciones: “la presencia de lo religioso y el análisis de la crisis del mundo moderno. Religión y época, lo sagrado y el quebranto, dios verdadero y dioses falsos”, porque en la perspectiva del filósofo “la crisis moderna es de fe”.

 

Aunque para Hugo Gutiérrez Vega lo más valioso de la obra de Ramón Xirau es su poesía en catalán, apuntó el importante papel que juegan sus ensayos y estudios tanto filosóficos como literarios, “su visión del mundo, manifestada a través de ensayos magistrales, siempre muy al tanto de lo que pasaba en la vida de la cultura mundial”.

 

Además, está su actividad magisterial, como fundador de la revista Diálogos de El Colegio Nacional y en otras publicaciones, así como a través de las clases que impartió en distintas instituciones donde ejerció el magisterio como son la Universidad Nacional Autónoma de México y la de las Américas.

 

Estos aspectos, precisó Gutiérrez Vega, “configuran a Ramón Xirau como uno de los grandes maestros de la literatura catalana y de la literatura española y mexicana contemporáneos”.

 

La importancia moral e intelectual de la obra de Ramón Xirau, señaló Octavio Paz, es que se trata de un “hombre-puente” que primero, unió sus dos vocaciones más ciertas y profundas, la poesía y la filosofía, pero también dos idiomas, el catalán y el castellano.

 

Finalmente, consideró el premio Nobel de Literatura, “el pensamiento de Xirau es un puente entre diversas generaciones poéticas –modernismo y posmodernismo, vanguardia y poesía contemporánea– y entre obras y personalidades opuestas o distantes: Sor Juana Inés de la Cruz y Xavier Villaurrutia, Vicente Huidobro y José Gorostiza”.

 

Así lo indicó Octavio Paz al contestar el discurso de ingreso de Ramón Xirau a El Colegio Nacional, del cual es miembro desde 1974, además de pertenecer a la Academia Mexicana de la Lengua, ser Investigador Emérito de la UNAM y Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores.

 

Su obra comprende más de 40 títulos. En poesía destacan Diez poemas (1951) y Las playas (1974), mientras que crítica literaria se encuentran Poetas de México y España (1961), Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz (1967) y Octavio Paz: el sentido de la palabra (1970) y en materia filosófica: Sentido de la presencia (1953), El péndulo y la espiral (1959) y El desarrollo y la crisis de la filosofía en Occidente (1975).

 

Ha sido reconocido con diversas distinciones como el Premio Universidad Nacional en la rama de Humanidades y el Premio Internacional Alfonso Reyes (1988), el Premio Mazatlán de Literatura (1990) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la especialidad de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía (1995).

 

Es doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Barcelona, España (1984), y por la Universidad de las Américas (México), además de ser miembro de la Legión d’Honneur (1990) por el gobierno de Francia, Comendador (1971), por el gobierno de Italia, y haber recibido la Orden Isabel la Católica del gobierno de España (1979).

 

A pesar de haber nacido en Barcelona, Hugo Gutiérrez Vega aseguró que Ramón Xirau muy pronto se hizo mexicano, porque llegó muy joven y su trabajo en instituciones culturales y educativas en nuestro país “de alguna manera le han dado la nacionalidad honoraria de México, así es que es un catalán constante y actuante y un mexicano por méritos, muchos y muy abundantes y muy valiosos”.

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