La noche del jueves 19 de marzo se recordará al poeta Jaime Sabines, justo en el día que se cumplen 16 años de la muerte del autor de Los amorosos. Pilar Jiménez Trejo y Fernando Rivera Calderón hablarán de su obra y su vida, de los poemas cruciales del autor de Tarumba y Algo sobre la muerte del mayor Sabines, de su pensamiento, de su filosofía, de sus lecturas, de sus pasiones; se escuchará la voz del poeta en grabaciones, y algunos de los poemas de Jaime Sabines (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 25 de marzo, 1926- Ciudad de México, 19 de marzo, 1999) en arreglos o versiones con música que ha hecho Rivera Calderón. La cita es en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia a las 19:00 horas.
Los participantes han dicho que se tratará de una tertulia literaria musical en la que se mostrará que la obra de Jaime Sabines está tan presente en sus lectores como hace 16 años, y que siguen siendo unos de los poetas más leídos por un público que conserva su Recuento de Poemas en el librero y que recurre al poeta para releer sus versos sobre la muerte, el paso del tiempo o la condición humana, pero también por un gran número de nuevos lectores que han llegado a Jaime Sabines por sus poemas de amor.
Pilar Jiménez (Ciudad de México, 1966), es la autora del libro Sabines. Apuntes Biográficos (Tusquets, 2014), una biografía que se fue construyendo en más de una década de conversaciones que la periodista pudo tener con el poeta y en la que se fueron registrando fragmentos de la vida y la obra del autor de Algo sobre la muerte del mayor Sabines. En el libro es la voz del poeta la que va narrando su vida, como el poeta juglar que fue Sabines, que en la conversación eran tan asombroso como en su escritura poética.
“El libro que el lector tiene en sus manos no es una autobiografía que Sabines hubiera redactado de manera directa sobre la página en blanco; tampoco es una biografía que Pilar Jiménez Trejo hubiera emprendido en tercera persona a partir de una investigación exhaustiva; y sin embargo, es ambas cosas de un modo excepcional: se trata de páginas redactadas a mitad de camino entre el poeta y su lectora, entre el retratado y la retratista. El resultado es tan entrañable como la propia poesía del retratado: la voz de Sabines se escucha en cada página, en cada párrafo, en cada apunte, del mismo modo en que se escucha en aquel legendario disco de Voz Viva de México en que el poeta dice, entre otros de sus textos imborrables, “Los amorosos”, apunta el escritor y poeta Daniel González Dueñas en el prólogo del libro, que ya tuvo una primera edición bajo el título Jaime Sabines. Apuntes para una biografía (Coneculta Chipas/Conaculta, 2013).
Algunos datos biográficos del poeta Jaime Sabines
Jaime Sabines Gutiérrez, nació el 25 de marzo de 1926, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Hijo de Julio Sabines, quien siendo un adolescente llegó de Líbano a América, y que en 1914 llegó a Chiapas como capitán de las tropas de Venustiano Carranza, incluso logró el grado de mayor en el Ejército Mexicano. Su madre fue Luz Gutiérrez, quien en su juventud perteneció a la aristocracia chiapaneca con su hermana Chofi. Jaime tuvo dos hermanos Juan y Jorge. El poeta fue el menor.
Su infancia y adolescencia transcurrieron en la parsimonia de la provincia. Casi todas las noches de su niñez, su padre solía contarles a sus «tres mosqueteros» historias que su memoria había conservado de aquel sueño islámico que duro Las mil y una noches. Años después, el más pequeño de los Sabines reconocería en aquella tradición oral su primer contacto con la literatura.
Su interés por la poesía sucedió desde temprana edad: de niño su madre le hacía recitar poemas. Sabía de memoria El declamador sin maestro, libro compuesto por 114 versos clásicos. También leía las novelas de los autores que su hermano Juan llevaba a casa: Jorge Isaacs, Victor Hugo, León Tolstoi, Fiodor Dostoievski, Honoré de Balzac y Alexandre Dumas. En la secundaria se convirtió en el orador oficial. Su hermano Jorge, “que era el que escribía”, y su madre, lo obligaron a participar en un concurso estudiantil de poesía para el Día del Maestro. Con sorpresa recibió la noticia de haber obtenido el primer lugar. Pero los versos no habían sido escritos por Jaime, sino por Jorge. Tenía 16 años y a partir de ese “fraude”, sintió la obligación de escribir. Hizo sus primeros textos que nunca recogió en un libro, pero que aparecieron en el periódico estudiantil de su colegio. A los 17 años, críticos de su natal Tuxtla, le auguraban como: “un futuro gran valor de las letras Chiapanecas”.
En 1945 llegó a la Ciudad de México para estudiar medicina, tres años de angustia le bastaron para comprender que esa no era su profesión. El joven Sabines se volvió huraño. En ese tiempo de soledad pudo leer y escribir desesperadamente. Allí la Biblia, que ya había leído de niño, se convirtió en su libro de cabecera no en el sentido religioso sino para entender la complejidad de la condición humana; allí leyó a Neruda, Joyce, Huxley, Nietzsche, Vallejo, Baudelaire, Khayyám y Tagore… Volvió a Tuxtla por unos meses.
En 1949, regresaba a la capital para estudiar licenciatura en Lengua y Literatura Castellana en la Facultad de Filosofía y Letras, en el legendario edificio universitario de Mascarones, en de la Ciudad de México. En la soledad de su cuarto de alquiler, ubicado en la calle de Cuba 43. Entonces nació su primer libro Horal (1950). En 1951 aparece su segundo libro La señal. En unas vacaciones de invierno, en la casa materna, escribe Adan y Eva, su primer poema largo que sería publicado 11 años después.
El 21 de mayo de 1953 decidió casarse con Josefa Rodríguez, Chepita, su novia desde la preparatoria. Y se hace cargo de El Modelo, una tienda de telas, tras ese mostrador, con la noticia del pronto nacimiento de su primer hijo, escribe otro largo poema: Tarumba (1956), “un canto a la sobre vivencia”, lo llamó Sabines.
En 1959 Jaime Sabines obtuvo el Premio Literario que otorga el Gobierno del Estado de Chiapas; a éste le seguirían más de una decena de reconocimientos entre éstos el Premio Xavier Villaurrutia, el Nacional de Ciencias y Artes, en la rama de Lingüística y Literatura (1983) o el Elías Sourasky (1982), cuando el poeta en su discurso afirmó: “Los premios y los poetas, me parecen vanos, fútiles, sin importancia”. Recibió también en 1994 Medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado de la República.
De vuelta en la Ciudad de México y trabajando con sus hermanos en una tienda de alimentos para animales, en 1961 publicó dos libros: Diario semanario y poemas en prosa y Poemas sueltos. Un año después la Universidad Nacional Autónoma de México decidió reunir su obra, hasta entonces escrita, en el volumen Recuento de poemas.
Por ese tiempo su padre enferma de cáncer y el poeta comienza a escribir los versos de uno de los poemas cruciales en la literatura en lengua castellana: Algo sobre la muerte del Mayor Sabines, que se publica hasta 1973. Antes ya había publicado Yuria (1967) y Maltiempo (1972).
Aparece una nueva recopilación de su obra, ahora es la Editorial Joaquín Mortiz que publica un Nuevo recuento de poemas (1977), casi una década después la serie Cultura Populares de la Secretaría de Educación Pública hizo una reedición de este libro con un tiraje de 40 mil ejemplares que se agotaron.
En 1986, para festejar sus 60 años, la UNAM y el INBA le organizaron un gran homenaje: se impartieron diversas conferencias en torno a su figura y obra; los festejos cerraron con una lectura de sus poemas, y allí Jaime Sabines reunió, como ningún escritor mexicano antes lo había logrado, a cientos de lectores. El poeta comienza a combinar su vida entre Yuria (su rancho en Chiapas) y la Ciudad de México.
En 1987 la editorial Vervuert de Alemania publica una antología de Jaime Sabines, que lleva por título: Dein Kšrper neben mir (Tu cuerpo está a mi lado). Años después se publican otras antologías en Bulgaria, Cuba, Estados Unidos, Canadá, Chile, Francia y España; recientemente apareció una en Italia. Además sus poemas se incluyen en antologías de poesía hispanoamericana editadas en más de una veintena de países.
En noviembre 1989, durante un viaje a Chiapas, resbala en un pequeño escalón y se fractura el fémur de la pierna izquierda. A partir de entonces la enfermedad comienza a golpear su cuerpo que sufrió cerca de 40 operaciones.
En la última década pasó la mayor parte de su vida en casa, convaleciente por la enfermedad. Sin embargo este poeta que canta a la muerte para celebrar “la hermosa vida”, este hombre alejado de camarillas y grupos literarios, del mundo de los intelectuales y ademanes cosmopolitas, accedió en el último lustro a ofrecer varios recitales de poesía a los que asistieron multitudes que superan las 10 mil personas. Esto reafirmó su condición de ser el poeta mexicano más leído y popular del final del siglo XX. Un dato ilustra: la empresa telefónica más grande de México editó en 1997 una antología de Sabines Recogiendo poemas con un tiraje de 500 mil ejemplares, agotada casi de manera inmediata.
En esos años Sabines dio recitales por México y fue poeta invitado a Francia, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Colombia, España, entre otros países; y nuevas traducciones de sus poemas se editaron en árabe, francés, inglés, alemán, chino. La fama atrapó al poeta pese a la discreción con la que él había llevado su vida y obra.
En últimos 10 años el poeta solamente quiso dar a conocer un nuevo poema: Me encanta Dios, en el que de alguna manera ilustra la lucha (su lucha) frente a la vida, de la que él siempre supo, como en los amorosos, “habría de amanecer”.
El viernes 19 de marzo de 1999, cerca de las 11:30 de la mañana, murió Jaime Sabines, víctima “del Príncipe Cáncer”. Quiso morir en su casa, al sur de la Ciudad de México, bajo los cuidados de su esposa Chepita y sus hijos Julio, Judith, Julieta y Jazmín.
Cuentan que antes de morir, sin hablar, sus ojos azules se quedaron mirando a través de la ventana de su habitación. Al otro lado una bugambilia comenzaba a florecer tras la cercanía de la primavera. Seis días después el poeta cumpliría 73 años.
La anoche de este próximo jueves 19 de marzo se escuchará la voz del poeta, y Fernando Rivera Calderón, conocido escritor, músico, periodista, actor de cabaret, juglar cósmico, profeta del apocalipsis y locutor de radio, con su guitarra interpretará algunas de las versiones a poemas de Sabines que ha realizado. “Será una cita con los amorosos”, ha advertido el autor del Diccionario del Caos (Taurus, 2013).
Este jueves se cumplen 16 años de la muerte del poeta Sabines, 16 años de aquel triste viernes 19 de marzo de 1999, cuando cerca de las 11:30 de la mañana, el poeta dejo esta tierra víctima «del Príncipe Cáncer». Sabines murió en su casa, al sur de la ciudad de México, bajo los cuidados de su familia.
Cuentan que antes de morir, sin hablar, sus ojos verde-azules se quedaron mirando a través de la ventana de su habitación. Al otro lado una bugambilia comenzaba a florecer tras la cercanía de la primavera. Seis días después el poeta cumpliría 73 años.
Todos están invitados al Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, la cita es a las 19 horas en Nuevo León 91, en la Hipódromo Condesa.
Rivera Calderón está preparando un disco en el que incluirá algunos de sus arreglos a poemas de Jaime Sabines y esta será una oportunidad para escuchar esas versiones de este diestro músico.
Fernando Rivera Calderón, estudió comunicación social en la Universidad Autónoma Metropolitana; historia de México en la UNAM, y pensamiento contemporáneo en el ITAM. Comenzó como locutor de radio a los 17 años y ha sido corrector de estilo, reportero, editor, columnista, fundador de diversas revistas y periódicos, colaborador y conductor de programas de radio y televisión, lleva más de una década cantando el absurdo cotidiano en diversos programas de radio y televisión, haciendo canciones y parodias, particularmente en El Weso, además de darle vida a Monocordio, su alter ego musical, proyecto con el que ha publicado siete discos y con el que se ha presentado en escenarios como el Teatro de la Ciudad y el Festival Vive Latino. En la pantalla grande ha realizado canciones para las películas De panzazo, Volando bajo y Pastorela.
Pilar Jiménez Trejo ejerce el periodismo desde 1986. En 1991 publicó el libro de entrevistas con escritores Creación y poder. Nueve retratos de intelectuales (en colaboración con Alejandro Toledo) Editorial Joaquín Mortíz. Ese mismo año obtuvo el Premio de Periodismo Rosario Castellanos que otorga la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras (AMMPE), con el reportaje: ETA y la historia del separatismo vasco. En el año 2000 trasladó su residencia al extranjero, de 2002 a 2009 radicó en Beijing, China, en donde fue corresponsal del diario Reforma y la agencia de noticias CNN en español. Desde 2009 y hasta 2011 residió en Copenhague, Dinamarca, en dónde fungió como corresponsal de los países escandinavos para MVS Radio. Entrevistas suyas aparecen en los libros: Rostros en movimiento, Víctor Flores Olea, Cal y Arena, 1994; Los márgenes de la palabra, Alejandro Toledo, Difusión Cultural UNAM, 1995; Jaime Sabines. Algo sobre su vida, Secretaria de Comunicaciones y Transportes, 1994; El poeta en un poema, Marco Antonio Campos, Dirección de Literatura, UNAM, 1998 (Serie Diagonal) y Hambre de gol. Crónicas y estampas del futbol, Juan José Reyes/ Ignacio Trejo Fuentes (compiladores), Cal y Arena, 1998.