Con el fin de eliminar las prácticas e inercias que limitan el acceso a la cultura musical, su desarrollo y aprendizaje –sin distinción de raza, sexo o condición física–, sábados y domingos se lleva a cabo el programa-espectáculo Círculo de tambores, donde el público en general puede tocar un instrumento y sacar al músico que lleva dentro.
El proyecto que forma parte del programa «Música para todos», es dirigido por la percusionista Rosaura Grados Chavarría, quien en entrevista para Conaculta, explicó que la actividad consiste en dar un concierto didáctico, donde el público encontrará algo que le guste, para después realizar una dinámica que consiste en tener acceso a algún instrumento de percusión como la maraca, güiro, sonaja o tambores.
«Hacemos una dinámica en la que les enseñamos a los asistentes a tocar los instrumentos; los ritmos básicos y particulares, para posteriormente juntarlos y hacer entre todos, la segunda parte del concierto. Esto es muy importante porque la gente que asista podrá tener dos experiencias: asistir y ser público para posteriormente aplicar lo aprendido y ser el intérprete del concierto».
«Música para todos» es un programa que busca incrementar el acceso a la oferta cultura musical, y a la sensibilización de la música e integración social, enfocado a niños, jóvenes y adultos mayores normo visuales, con ceguera y debilidad visual.
El programa tiene su antecedente cuando Grados Chavarría, al impartir una de las actividades del programa en 2011, observó que estaban presentes cuatro niños normo visuales y dos con ceguera, por lo que empezó a documentarse y buscar asesoría, para impartir al grupo los mismos conocimientos por igual.
«Me di cuenta que la limitante la teníamos nosotros como normo visuales, porque los pequeños con ceguera se adaptaban perfectamente bien a cualquier tipo de dinámica. Con dicha experiencia le fui dando un diferente rumbo al programa para, ahora, estar enfocado a la población con ceguera y debilidad visual».
Respecto al nombre del proyecto Círculo de Tambores, la artista expuso que el tambor es el recuerdo de un latido del corazón. «En mi experiencia, nunca me ha tocado que una persona tenga un tambor junto y no lo quiera tocar. Es una cuestión natural, es un instrumento accesible en todos los sentidos, desde lo económico y el físico. Cualquier persona puede tocarlo, sin tener conocimientos profundos sobre su técnica».
Desde el punto de vista de la egresada de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, definitivamente la música ayuda a combatir la desunión que actualmente prevalece en México, por lo que una buena alternativa es el fomentar la cultura musical.
Expresó estar contenta con el resultado del programa en sus dos primeras presentaciones, el 2 y 3 de marzo en el Cenart, ya que han tenido participantes de todas las edades y las dinámicas fueron accesibles para todos, incluyendo a las personas con ceguera, quienes disfrutan las actividades porque están adaptadas para ellos.
«La gente sale feliz y contenta. El público pasará un momento divertido, a gusto, en el que aprenderá y podrá acceder a la música. Poco a poco, conforme vayan sucediendo las presentaciones y haya más difusión, las familias se podrán integrar y tendremos mayor acercamiento a la población a la que está enfocado este programa».
«Música para todos» está conformado por actividades periódicas que contemplan cursos y talleres abiertos a todo público, cuya finalidad es incrementar el acceso a la oferta cultura musical que hay en el país.
Círculo de tambores, tendrá presentaciones hasta el 24 de marzo, los sábados y domingos a las 12:30 horas, en La Pérgola de la Escuela Nacional de Música, ubicada en el Centro Nacional de las Artes, Río Churubusco 79, esq. Calzada de Tlalpan, cerca de la estación del metro General Anaya. Entrada libre.