Luego de que el conductor de un autobús de turismo de la línea Anahuac, perdiera el control de la unidad se volcó y se fue a un barranco con más de 40 metros de profundidad, en el lugar denominado el Espinazo del Diablo, en el estado de Durango, dejando como saldo 12 muertos y 25 heridos, los cuales eran residentes de Puebla y Tlaxcala e iban en una misión de evangelización en el Puerto de Mazatlán, Sinaloa.
A la hora que se suscitará el fatal percance, nadie se percató del hecho y sería hasta que uno de los sobrevivientes y lesionado subiera la pendiente para pedir auxilio a los automovilistas que pasaron por el lugar quienes pidieron el apoyo de los cuerpos de emergencia que de inmediato se trasladaron al lugar donde ocurriera el percance del autobús, que iba a exceso de velocidad, el chofer perdió el control de la unidad y se volcó, cayendo a una profundidad de más de 40 metros en el kilómetro 176 más 400 de la carretera Durango-Mazatlán, conocido como la Mesa Verde, unos metros antes de llegar al Espinazo del Diablo.
El lugar donde cayó el autobús se llenó de unidades de rescate alrededor de las 5 horas, aunque se presume que el accidente ocurrió de 2 a 3 horas antes y de inmediato se dispuso un operativo de salvamento de los sobrevivientes que esperaban el auxilio.
Se conoció que las personas que viajaban en autobús, de la línea Anáhuac, eran cristianos y el viaje tenía motivos religiosos, en el Puerto de Mazatlán
Los heridos que ya fueron rescatados de la barranca donde cayó el autobús, ya fueron trasladados a la ciudad de Durango y a la localidad de El Salto en el municipio de Pueblo Nuevo; mientras que los cuerpos sin vida son llevados al anfiteatro de la Fiscalía Estatal para la realización de la necropsia de ley.
Las 37 personas, en su mayoría de la tercera edad procedían de Puebla y Tlaxcala.