René Sánchez Juárez.
Al comenzar las precampañas locales en el estado de Puebla para la renovación del Congreso del estado, así como de las 217 presidencias municipales, las acciones, declaración y hasta confrontaciones por el poder establecerán la agenda pública política y ciudadana, el pan nuestro de cada día.
La ley establece que para ser elegibles a un cargo de elección popular, el ciudadano debe tener por lo menos 3 meses sin ejercicio de cargo público, por ello, la renuncia de Enrique Agüera a la rectoría de la BUAP, a lo que hay que agregar el efecto «Chapulín» con la desbandada de diputados locales. Dieciocho legisladores solicitaron licencia a su curul para ir en busca de un nuevo cargo de elección popular, así como las ocho renuncias en el gabinete estatal, y nueve del Ayuntamiento de Puebla.
El efecto “Chapulín” es una consecuencia a la falta de formación de estructuras y liderazgos, algo a lo que los partidos políticos han renunciado, por lo tanto tienen que recurrir a los cuadros en activo. Es necesaria una vida más intensa al interior de estos institutos y que los ciudadanos se involucren en ellos.
La cultura política de los ciudadanos en el estado de Puebla se ha visto modificada por los acontecimientos de las últimas décadas, lo que antes se veía como un voto duro, corporativo y hasta por costumbre por partidos, era lo más común en cada proceso electoral. No se consideraban propuestas, proyectos, ni candidatos. Lo cierto es que hoy los candidatos cargan con gran parte de la responsabilidad en la conquista del voto, el partido cumple con el registro y con la logística, antes, durante y después del día de la elección.
Sin embargo, hay un aspecto que también influye: el elemento externo. Como pueden ser los eventos en política nacional o local que podrían afectar a los candidatos, acciones antipopulares que podrían perjudicar la imagen de un candidato aunada a la aceptación y rechazo de cada partido.
Hemos visto la caída de candidaturas por declaraciones desafortunadas, casos de corrupción, aprobación de leyes, o mal manejo de crisis, y en el contexto de toda acción que toma un gobierno puede verse reflejada en los minutos, las horas y el día de las votaciones del 7 de Julio.
Los partidos políticos y los candidatos no son los únicos actores que definen una elección. De manera informal los gobiernos municipal, estatal, y el federal intervienen, sino de manera directa, inciden en la toma de decisión de los electores. Ya que los ciudadanos también ven en el voto la manera de premiar o castigar a los gobiernos en turno, en los partidos y en el historial del candidato respectivo.
Mientras que el gobierno federal comenzó su gestión con fuertes críticas a su legitimidad; ha logrado afianzarse con decisiones firmes.
Al mismo tiempo ha generado diálogo, para consensuar decisiones bien definidas con otros partidos políticos, eso ha logrado el «Pacto por México», cuyos efectos no sólo han obtenido resultados en al ámbito nacional, sus efectos positivos tiene un alcance internacional, y es uno de los temas de del presidente de la República, Enrique Peña Nieto en su gira por Asia, un logro de su gobierno como no se habían alcanzado en los últimos 12 años de gobiernos panistas.
El objetivo que se ha cumplido para México es que ahora se habla más fuera de las fronteras de reformas estructurales, aplicación de la justicia y la llegada de inversiones, incluso se pronostica un crecimiento económico de más del 6 % anual. En el otro sexenio el tema era la violencia por el narco y las muertes que generaba, entro otras cosas como la Estela de Luz.
Las acciones que tomen los gobiernos, sin duda se reflejarán en las urnas. Quienes sufran los efectos secundarios serán los candidatos y los partidos políticos. Y es que el la decisión ciudadana premiará o castigará a quienes hayan sabido escuchar las demandas comunes y las haya transformado a través de gestiones de gobierno en respuestas positivas a la sociedad, esto refleja la politización del elector pese al rechazo del concepto democracia, pero sobre todo decide los resultados electorales y las próximas elecciones así lo demostrarán, con cada voto, a cada candidato y a cada partido.