Las “broncas” de la economía familiar.
Durante un par de semanas nuestra ciudad —como muchas otras del país— se aquietó, el ajetreo social se apaciguó por momentos, la calma se veía en sus calles, la locura vehicular se calmó tantito en las mañanas y las horas pico, esto porque los “chavitos” están de vacaciones. Las familias que tienen buenas posibilidades económicas se llevaron a los hijos a vacacionar algún destino turístico o los metieron algún curso de verano, las que medio tienen los invitaron al cine, y los “jodidos” o quienes sobreviven no les quedó de otra que tenerlos en sus hogares.
Ahora que están por regresar a clases de nueva cuenta, muchas —o la mayoría— de las familias pobres se truenan los dedos, no tienen dinero o no les alcanza para comprar las conocidas listas de útiles escolares que piden en las escuelas. Los apuros económicos son difíciles para las familias que tienen trabajos informales, más para las mujeres solas y con dos o tres hijos. Déjenme decirles que en las que ambos padres trabajan también se quejan de los altos costos en los útiles escolares. Otras familias, que son de la llamada clase media, en muchas de las ocasiones se les hace imposible mantener a sus hijos en escuelas particulares.
Los que tienen todavía “chance” de contar con una tarjeta de crédito, dan el “tarjetazo” o piden un préstamo vía nómina; los que no tienen ese privilegio para endeudarse empeñan hasta lo que no tienen y piden prestado a sus familiares, con tal de que los “chavitos” lleven su material escolar. A esto también habrá que sumarle la compra de las mochilas, los zapatos y los tenis. Por lo menos ahora el uniforme escolar será único y no representará otro gasto. Luego deberemos aumentarle más gastos familiares por el uso del transporte público de todos los días, porque sólo los privilegiados en esta ciudad tienen vehículo, la mayoría paga pasaje para su transporte. Por último, debemos incluir lo mínimo que se necesita para darles el desayuno y ponerles una “torta” y su jugo para el recreo escolar. Eso, si bien les va a los niños o adolescentes, porque otros no tienen más opción que desayunar o llevar sus tortas.
Si queremos saber el tamaño de la crisis económica, sólo hay que preguntar a las mujeres que son madres de familia, ellas que trabajan, que son las que van a diario al mercado o cuando hay un poco de dinero al llamado “super” para comprar la despensa necesaria. A lo anterior hay que sumar a los jóvenes que también andan en la “güeva” porque en sus universidades también están por entrar. Lo mismo, los que vienen de familias “bien” ni se preocupan, andan echando “desmadre”, “cotorreando” o en la “briaga” con sus cuates. Sin embargo, otros y la mayoría andan en sus “rollos”, pero un gran número de ellos anduvo buscando “chamba” en estas vacaciones, querían tener su propio dinero, no les gusta pedirles a sus padres, quieren ser independientes y trágicamente poquitos lograron ese objetivo porque no hay “chamba”.
Que no nos vengan con el cuento de que las cosas están bien en el país, que se han creado miles de fuentes de trabajo, que hay estabilidad económica y que no hay crisis económica. ¡Por favor! La situación aquí abajito, en donde caminamos los mortales, no es la misma a la realidad con la que viven los altos funcionarios y nuestra clase política mexicana. Hay una brecha enorme, por eso la injusticia social crece más y más en México, la gente se desespera cuando no tiene un ingreso o un trabajo que le permita por lo menos sobrevivir.
Luego, para variar, todos los días nos tenemos que “echar” o escuchar algunas notas sobre la “jodida” corrupción entre algunos funcionarios de los distintos niveles o de los grandes salarios de los políticos mexicanos, por ejemplo: tres funcionarios del Instituto Nacional de Ecología (INE) plácidamente vacacionaron en un yate por Puerto Vallarta, “briagos” y disfrutando de los recursos públicos de una nómina que “ordeñaban”.
¿Cómo no se van a enojar los jóvenes y los ciudadanos comunes? Si los panistas han salido igual o peor que los del PRI, han tomado los recursos públicos para enriquecerse y transar en despoblado. El portal electrónico Sinembargo publicó los excesos del sexenio: Lozano regaló centenarios, Marina pagó Ajax en 4 mil pesos, Pemex compró Viagra, etcétera.
“Actualmente el mexicano promedio malabarea con su salario para salir a flote e ir al corriente con sus gastos o, por lo menos, mantener sus deudas en niveles aceptables. Sin embargo, para los funcionarios públicos esa realidad no cuenta. Usan el erario como si fuera su caja chica y se dan gusto comprando excentricidades: pistolas de más 60 mil pesos, prótesis de pene por 70 mil, centenarios, ratones de computadora de más de 27 mil pesos (…) y la lista es grande. En tres sectores ‘importantes’ para el gobierno (laboral, energético y seguridad) existen importantes dispendios. Funcionarios de alto nivel en esos bastiones han realizado compras absurdas a costa del erario que, se supone, es de todos los mexicanos. Mientras tanto, la falta de crecimiento económico ha provocado que las familias carezcan de mejores condiciones de vida. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó que hasta 2011 existen 52 millones de personas en condiciones de pobreza. En lo que va de la administración de Felipe Calderón, 12 millones de mexicanos, es decir, 8 mil cada día, 348 por hora y seis por minuto se convierten en pobres.”
La Secretaría de la Función Pública sólo fue una oficina muy bonita que sirvió para cubrir las anomalías de muchos funcionarios públicos, nunca pudo evitar la impunidad y la corrupción en las dependencias federales, seguirán apareciendo más casos.
La clase política ni se inmuta, en el Congreso de la Unión y el propio Senado de la República, sus privilegios económicos sobrepasan lo que realmente aportan para el propio país. Sus privilegios ofenden a la mayoría de los propios mexicanos, quiénes todos los días tienen que batallar por conseguir que llevar a sus hogares, hoy lo vemos con las miles y miles de familias que hacen hasta lo imposible para conseguir recursos y comprar las listas escolares de sus hijos.
La pobreza y la exclusión social serán temas prioritarios para la agenda del próximo gobierno, que como otros se tendrán que atender y buscar soluciones de fondo y no solo paliativos. La crisis económica no se puede esconder en México, estamos inmersos en una situación internacional en donde las cosas no mejoran y sus efectos nos pueden alcanzar, el país tiene que desarrollarse y crecer.