Dos comentarios cotidianos.
Andrés Manuel López Obrador, fue registrado por el Partido Movimiento Ciudadano, para este viernes que viene lo hará con el PRD y el domingo próximo lo será por el PT. Designadas las candidaturas para las diputaciones federales por ambas vías y las fórmulas para el senado de la República en las 32 entidades del país, salvo algunas reservas, todo esta listo para que arranque su campaña formal.
Si los partidos que conforman el Movimiento Progresista (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) entienden el tamaño y la responsabilidad que tienen frente al país, para poder triunfar el 1° de julio, deberán deponer sus actitudes infantiles y dedicarse hacer una gran campaña por la izquierda. No habrá otra oportunidad para poder transformar las cosas en México.
Sobretodo las tribus del PRD que siguen cuestionando algunas candidaturas, como la del ex gobernador poblano, Manuel Bartlett Díaz, candidato oficial de la primera fórmula al senado de la República por Puebla. No hay que hacerse bolas, la partidocracia del sol azteca, se repartió entre sí los primeros lugares de las listas plurinominales y nacional de senadores, por las que nadie vota y tienen sus lugares reservados.
La coordinación nacional del movimiento progresista, designo las candidaturas para la Cámara Alta en las 32 entidades del país, por una simple razón: es parte de su estrategia electoral, ofrecerle espacios políticos a grupos y sectores sociales que nada tienen que ver con los partidos aliancistas. Por ejemplo en Nuevo León, en donde nadie tiene presencia, será para la organización “Despierta México”. Es claro, la corriente “nueva izquierda” gane o pierda AMLO, quiere garantizar su presencia en las Cámaras, como es su costumbre, en cambio López Obrador, quiere ganar y tener un brazo parlamentario firme y en quien confiar.
Bartlett Díaz puede ser ave de tempestades entre algunos círculos de la propia izquierda, pero jala más votos que muchos militantes de esta presunta vertiente. Tampoco hay que pensar que romperá la estructura caciquil del PRI poblano, lo cierto es que generará un voto diferenciado y también provocará que la campaña presidencial en Puebla pueda crecer.
Las amenazas de Carlos Navarrete y los “chuchos” en nada contribuyen, solo dañan la campaña de López Obrador y buscan confundir al electorado. En Puebla, sus principales cuadros siempre han tenido una postura en contra de él, pareciera que quieren que gane el PRI.
Un segundo comentario: eran como las diez de la mañana de esté sábado, el Paseo Bravo luce sucio, unos cuantos hacen ejercicio, varias jovencitas del Instituto Washington lo recorren, los puestos de fritangas empiezan a abrir, de pronto en una de sus bancas, tres jóvenes con cara de “crudos” son rodeados por cinco motocicletas de la policía municipal, la neta no se ve que sean el “chapo Guzmán” o algo parecido. Los policías les hacen círculo, jalan a uno a otra banca, revisan su cartera, no les convence lo ofrecido, se cubren entre ellos, creo que les piden un buen “varo”, mismo que no les alcanza a los “chavos”, los guardianes del orden piden que busquen más dinero, los tienen ahí sentados, pasamos y vemos como los quieren tranzar. Luego los esposan para meterles miedo, luego los desposan, como son cinco policías son sus motos y toda la cosa, buscan que les den para todos, terminado el “agandalle”, uno de ellos: bigotón, chaparro y otro mal encarado se trepan a sus motos y se llevan todo lo robado. Los estudiantes pasan y se sacan de onda de la transa, pero no hacemos nada, la corrupción es cosa de todos los días entre la policía municipal.