El vandalismo del poder se consumó ayer en el estado de Tlaxcala, donde le dictaron auto de formal prisión al director de e-consulta, Martín Ruiz Rodríguez. Para nadie es raro que el poder ejecutivo y el legislativo tiene al mismo dueño, no hay separación de poderes pues.
El problema es que no se trata sólo de un caso, de un evento aislado, la presión y la agresión en contra de los medios es una característica de los nuevos gobiernos que pretenden gozar de impunidad absoluta, de políticos intolerantes que quisieran que sus gobernados vivieran en un gueto para que sus anómalas conductas permanezcan sin señalamientos.
La intolerancia y la embriaguez de poder es una tendencia que lamentablemente va a la alza y debe retroceder urgentemente porque atenta con derechos y con la legitima libertad de expresión por parte de quienes integran los medios y de información por parte de los electores.
Efectivamente, este tipo de medidas pretenden eliminar la crítica, a nuevos políticos y funcionarios de piel delgada, conciencia dura y uñas bien afiladas, muchos de ellos delincuentes de cuello blanco.








