He tenido contacto profesional con las redes sociales y con medios alternativos, por ello me resulta ridículo que ya se empiece a escuchar y leer sobre la PRIMAVERA MEXICANA, en alusión a movimientos sociales generados a través de las redes sociales en otros países y que han desencadenado luchas revolucionarias armadas tal como ocurrió en Egipto, Libia o Siria, y qué decir de las fuertes manifestaciones de rechazo a las políticas económicas aplicadas en EUA, España y otros países europeos.
En México, los medios alternativos crecen en importancia pero aún falta mucho para superar a los medios tradicionales, de hecho se han convertido más bien en un complemento, calculo que ello se debe a que aún falta mucho para lograr el compromiso social suficiente que saque a un buen número de ciudadanos de la zona de confort de la simple denuncia o rechazo para subir de escalón y pasar a la exigencia y demanda.
Esta realidad la podemos palpar en el hecho de que la mayor resonancia de los medios alternativos depende de su aparición en los medios de comunicación masivos tradicionales, que no es en nada despreciable, por el contrario, ya se logra que éstos repercutan lo que se dice y hace a partir de las redes sociales en donde me parece que el caso más sintomático es el de la “niña Paulette”.
En este sentido, las expresiones políticas juveniles derivadas de la comunicación en la red tienen un gran valor, pero por desgracia no hay elementos para prevenir que vayan a ser definitorias en los resultados electorales del 1 de julio.
La razón es que no existe un consenso en el mensaje. Mientras en Egipto y Libia las redes sociales movilizaban a la población contra el gobierno, en México, las redes confrontan diferentes posturas políticas, incluso encontradas, y lo que sí hacen es reflejar la división existente en la sociedad mexicana.
A nadie puede escapar que los medios alternativos se han convertido en trincheras de la lucha electoral, por ello es difícil que la voz de la juventud se escuche libre de semejanzas con las opiniones partidistas de quienes luchan por la Presidencia de la República.
Esta inclusión de la juventud en el debate político es muy sana y ojalá que se repita para el futuro en todos los temas importantes de la vida social y política de nuestro país. Sin embargo, insisto, estamos aún muy lejos de asemejarnos a lo sucedido en otras latitudes.
Difícilmente estamos frente a una revolución de la juventud a partir del internet, tampoco es el inicio de un movimiento como el de los Indignados. Aunque si puedo asegurar que la actividad juvenil reciente representa, sin duda, una buena noticia para el fortalecimiento de nuestra democracia. Es una de las mejores aportaciones que nos dejará esta campaña.
En conclusión, no es una Primavera Mexicana como sinónimo de revolución pero si una Aurora Mexicana que simboliza el despertar político y social de los jóvenes de nuestro país.
Enhorabuena, nos leemos la próxima semana……