El cáncer de mama es curable, siempre y cuando se detecte a tiempo. De allí la importancia de que la autoexploración de mama se convierta en una práctica constante, por lo menos una vez al mes justo después de la menstruación.
El doctor José Manuel Galicia Ramos, oncólogo y Director del Hospital de Especialidades «San José» del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, explicó que el primer síntoma del cáncer de mama suele ser un bulto que al tocarlo no duele pero se siente diferente del tejido mamario, puede presentar bordes irregulares, cambio de color y rigidez o dureza en la zona afectada.
La autoexploración debe realizarse una vez al mes después del periodo menstrual. La mejor forma de realizarla comienza poniéndose ante un espejo con los brazos hacia abajo y observar la simetría de las mamas, el aspecto y el perfil; hay que buscar zonas enrojecidas, bultos o hendiduras y asegurarse de que los pezones y areolas no estén retraídos o hundidos.
Después se debe repetir la operación pero con los brazos elevados sobre el cuello. Los senos deberán elevarse de la misma manera y, en esa posición, comprobar que no hay ningún bulto o hendidura.
Se debe presionar la mama con la yema de los dedos y realizar movimientos circulares desde la parte más externa de la mama hacia el pezón, a modo de espiral e ir recorriendo el seno de un lado al otro.
El otro movimiento es radial, comenzando desde el pezón hacia fuera Una vez explorada la mama, hay que realizar la exploración de la axila para intentar descubrir la existencia de bultos en esta zona.
El especialista recomendó acudir cuanto antes al médico en caso de presentar dolor o retracción del pezón, irritación o hendiduras de la piel, inflamación de alguna parte del seno, enrojecimiento, descamación o secreción por el pezón.
Finalmente, el doctor Galicia mencionó que la autoexploración permite a la paciente localizar tumores más pequeños que los que puedan detectar el médico, pues la mujer estará familiarizada con sus senos y podrá detectar cualquier cambio.
