Lejos de lo que pareciera un fracaso, Enrique Sánchez Torres es uno de decenas de hijos de migrantes que regresó de Estados Unidos a México para estudiar una carrera y, a partir de ahí, tener una mejor calidad de vida; su opción es la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, donde ya ha completado su registro para presentar su examen de admisión.
Cuando tenía cinco años, sus padres decidieron darle una mejor condición económica, razón por lo que emigró junto con su familia al país vecino y radicó en Los Ángeles, California. El trabajo fue duro, sus padres tuvieron que cambiar de empleo varias veces pasando por fábricas, restaurantes y hasta como personal de limpieza para poder sobrevivir.
Y gracias a ello durante 11 años Enrique recibió educación por parte del gobierno norteamericano, mientras sus padres trabajaban arduamente, prácticamente de sol a sol; sin embargo cumplidos los 18 años había llegado el momento de estudiar una carrera profesional, lo cual en los EEUU es prácticamente imposible para los migrantes debido al elevado costo de las colegiaturas de las universidades.
A esta situación se añadió «un problema con migración por parte de mi papá y decidimos regresar; podría seguir mis estudios allá pero opte por retornar».
Otro factor que determinó su regreso a su natal San Pablo Zitlaltepec, en Tlaxcala, es que es el mayor de tres hijos, sus hermanos tienen 14 y 15 años y ellos también tienen deseos de seguir estudiando, pero su papá no podría ofrecerles educación a todos.
Ya en México, Enrique escuchó y atendió las recomendaciones de sus primos y tíos quienes estudian en la Máxima casa de Estudios de Puebla, sobre la Facultad de Ingeniería, así que ahora espera presentar y aprobar el examen de admisión para estudiar la Ingeniería Mecánica y Eléctrica.
En su proceso de registro, el joven recordó su gusto por las matemáticas y que a pesar de ser reconocido por sus maestros en la Unión Americana, «al no ser de allá te miran extraño y no te sientes en el mismo ambiente, en cambio estando en México se siente uno mejor porque se es de aquí».
A raíz de ello afirmó no tener intención de regresar a los Estados Unidos, porque le agrada el estilo de vida en el lugar donde vive, ya que tiene interacción con la naturaleza, situación que no sucedió cuando vivió en Los Ángeles, rodeado de edificios.
Puntualizó que este 21 de julio, en el examen de admisión, dará su mejor esfuerzo para ser aceptado en la BUAP y cumplir así su sueño.