Con la finalidad de colaborar estrechamente con autoridades federales a favor de quienes menos tienen, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) presentó un diagnóstico de campo sobre el grado de inseguridad alimentaria y los factores que inciden en esta problemática dentro de los 14 municipios de la entidad incluidos en el arranque de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Lo anterior en el marco de la cuarta reunión del Subcomité Sectorial de Desarrollo Social, encabezado por el titular de la Sedeso, Salvador Escobedo Zoletto, e integrado por dependencias estatales y federales así como instituciones públicas y privadas, que desde mediados del 2012 comenzaron a sumar esfuerzos para focalizar los diferentes programas sociales en beneficio de la población vulnerable.
Para la elaboración de dicho diagnóstico, se tomaron en cuenta los datos oficiales que arroja el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), aunados a un levantamiento de campo que la Sedeso llevó a cabo en los 14 municipios integrados en la estrategia federal.
En total se aplicaron 452 cuestionarios en 43 localidades de los municipios de: Puebla, Camocuautla, Vicente Guerrero, Atlixco, Ajalpam, Atempan, Eloxochitlán, Huauchinango, Huitzilan de Serdán, San Andrés Cholula, Tehuacán, Xicotepec, Zoquitlán y San Antonio Cañada.
El estudio buscó conocer la información relacionada con la inseguridad alimentaria, la actividad agropecuaria así como la producción, disponibilidad y consumo de alimentos en zonas rurales y urbanas.
Los resultados arrojaron que el 55 por ciento de la población encuestada presentó inseguridad alimentaria severa, 22 por ciento moderada, 12 por ciento leve, mientras que el 11 por ciento no padece de esta carencia. Cabe destacar que el 80 por ciento de los hogares que presentan inseguridad alimentaria severa o moderada cuentan con algún miembro menor de 18 años.
El diagnóstico también reveló que el 62.5 por ciento de las personas evaluadas realizan apenas dos comidas al día. El 57.5 por ciento no siembra ningún producto agrícola y del 42.5 por ciento que sí lo hacen, el 83 por ciento es para autoconsumo. De manera general, los alimentos más consumidos en las zonas rurales y urbanas son: papa, cebolla, chile, jitomate, fríjol y tortilla de maíz.
Este primer análisis permite conocer con mayor precisión la composición de la población, así como la correlación de los factores que inciden en la medición de la inseguridad alimentaria, y con ello realizar acciones integrales y transversales.
Para contribuir en el combate de ésta y otras carencias sociales como el rezago educativo y de servicios de salud, la inseguridad social, la falta de calidad de los espacios de vivienda y servicios básicos en los hogares de los ciudadanos vulnerables, la Sedeso coordina esfuerzos con las secretarías de Infraestructura, Educación, Salud y el SEDIF; así como con las delegaciones federales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol); Oportunidades; Linconsa; Diconsa; la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); la delegación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); la Comisión de Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); e instituciones como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE); la Fundación Cáritas de Puebla; el Banco de Alimentos; la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP); y a la Universidad Anáhuac.
Asimismo se informa que desde octubre del año pasado, la Sedeso y la BUAP han trabajado de manera conjunta en el desarrollo de una estrategia integral para la reducción de la pobreza extrema. Dicha estrategia consiste en desarrollar un programa de cómputo que determine las zonas de atención prioritaria en las que se buscará disminuir las carencias sociales.
De esta forma, la Sedeso colabora estrechamente tanto con sociedad y gobierno, en la suma de esfuerzos y responsabilidades para combatir la pobreza.