La varicela es una enfermedad exantemática viral que incrementa su presencia en invierno y a principios de la primavera, afectando principalmente a niños entre cinco y 12 años de edad.
La doctora Yara Lucila Soriano Hernández, dermatóloga pediatra del Hospital General Regional No. 36 “San Alejandro”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, explicó que en las primeras etapas de la varicela, el paciente experimenta fiebre y malestar general, después de dos días se desarrollan ronchas que eventualmente se hacen pápulas o lesiones en la piel y posteriormente vesículas o ampollas pequeñas.
La especialista explicó que cuando la varicela se presenta en la etapa pediátrica, la evolución del paciente es muy satisfactoria; sin embargo, cuando ésta se desarrolla en los extremos de la vida, principalmente en adultos mayores, el paciente puede tener complicaciones pulmonares o encefalitis que incluso pueden provocarle la muerte.
La varicela también puede complicar la salud de los pacientes inmunocomprometidos o con defensas bajas, como los trasplantados, los portadores de VIH, los que llevan un tratamiento de quimioterapia o los pacientes con diabetes mellitus.
El tratamiento contra la varicela consiste en controlar la fiebre, proporcionar medicamentos antivirales, preferentemente aciclovir y controlar la comezón con pasta de lazar o polvo de haba.
La doctora Soriano Hernández mencionó que el virus es altamente contagioso y se trasmite a través de la vía respiratoria y el contacto directo, por ello, los niños no deben de ir a la escuela durante un mínimo de tres semanas hasta que desaparezca la última vesícula.
Recalcó la importancia de evitar la automedicación ya que muchos pacientes utilizan medicamentos como el ácido acetilsalicílico o nimesulide y provocan la liberación de antígenos que alteran el funcionamiento del hígado.
Finalmente, recomendó que ante los primeros síntomas de la enfermedad se acuda a consulta, especialmente porque en etapas iniciales lo mejor es dar tratamiento para evitar cicatrices queloides en la cara del paciente que a la larga pueden afectarle en su autoestima.