Reunidos en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas, Miguel Antonio Lupián y Alberto Chimal presentaron el más reciente libro de Antonio Sonora, titulado Adiós a Rocamadour, serie de cuentos resultado de un proceso de introspección del autor inspirado en la obra de Julio Cortázar.
Se trata de una edición realizada por el Museo de la Biblioteca PAPE en la que Sonora desarrolla textos influenciados por la obra literaria del escritor argentino, en los que el personaje principal se apropia del nombre del hijo de La Maga, quien aparece en la novela Rayuela.
Sonora comentó al respecto que el protagonista de su libro “también le escribe cartas a su amante con la misma tristeza, poesía y dolor con que La Maga lo hace a su hijo difunto.
“En estos cuentos me interesa que lo narrado sea tan interesante como la forma en que lingüísticamente se construye el texto. Ambas cosas, tanto el lenguaje como la anécdota, deben tratarse del mismo modo. De esta manera, las historias en Adiós a Rocamadour, a pesar de ser independientes, son una suerte de correspondencia a través de los personajes de todos los relatos, porque ninguno de ellos se escapa de una visión común del mundo, de lo fantástico, lo extraño y de compartir miedos y obsesiones”.
Otro aspecto en el que coinciden los 19 relatos que integran el libro con los de Cortázar, según destacó Alberto Chimal durante su participación, es en “el asunto subterráneo de los textos, así como en su brevedad, en el sentido casi poético de algunas ficciones, en los temas acerca de lo sobrenatural, en lo extraño y en la irreverencia que trató de imprimir en este libro”.
Adiós a Rocamadour, dijo Chimal, “muestra también a un narrador preocupado por realizar un justo balance en la evocación poética y en la experimentación del lenguaje”, pues en los textos de Sonora “el mundo parece ser algo muy similar, parece ser que a sus personajes les duelen las mismas cosas, aún cuando sus situaciones son distintas”.