Ajedrez, un juego de guerra donde no interviene el azar

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Para muchos, el ajedrez es un juego complicado y poco interesante, sin embargo es un deporte que desarrolla el gusto por pensar, ya que al jugarlo genera una sana competencia, afirmó Rafael Espinoza Flores, entrenador de ajedrez en la Dirección de Deportes de Combate (DIDECO) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Comentó, que este deporte se ubica en el segundo lugar por el número de practicantes, después del futbol, y actualmente es calificado como un juego de guerra en el cual no interviene para nada el azar, si no la rapidez intelectual de los competidores y la habilidad de cada jugador.
Dijo que el al jugar ajedrez, el practicante realiza un ejercicio mental que le permite desarrollar cualidades como la concentración, imaginación, creatividad y memoria, entre otros elementos que ayudan a que la mente cree ideas.
Espinoza Flores, maestro internacional de ajedrez en la Máxima Casa de Estudios de Puebla y diez veces seleccionado olímpico mexicano, resaltó que esta actividad de competencia desde hace nueve años es impartida de manera gratuita en la BUAP, con la intención de que los interesados puedan conocer el arte de este deporte.
Comentó que durante dicho tiempo la DIDECO ha visto pasar a grandes ajedristas que empezaron a jugar como una forma de entretenimiento y que, con el paso del tiempo, han sido grandes promotores de la afición por el ajedrez.
Explicó que el ajedrez se rige con reglas internacionales: cada jugador cuenta con dieciséis piezas, las cuales se desplazan por un tablero de sesenta y cuatro casillas blancas y negras que se encuentran alternadas (llamadas escaques) y el juego concluye cuando uno de los reyes (pieza principal) es vencido, llamado esto en la terminología ajedrecística, Jaque Mate.
Espinoza Flores, agregó que a diferencia de otros deportes, el jugador de ajedrez puede llevar su desarrollo mental hasta el nivel que desee, por ello invitó a la comunidad universitaria a practicar este deporte, de 12:00 a 5:00 de la tarde, en la explanada de la Dirección de Cultura Física, en Ciudad Universitaria.