Fernando Ampuero – Escritor y periodista peruano, refirió en su intervención dijo que hablar de Mario Vargas Llosa es hablar de un sueño literario realizado, y destacó que «hay muchos Vargas Llosa, el novelista, el ensayista, el político, el dramaturgo».
Habló sobre la juventud del escritor peruano, «Mario fue siempre un muchacho ambicioso, en el sentido de una persona que está buscándose un destino y un muchacho trabajar y disciplinado».
Dijo que fuera del trabajo literario, tuvo diversos empleos fue periodista de prensa, de radio y televisión, «tuvo un programa muy famoso de televisión que se llamó La Torre de Babel, donde entrevistó a mucha gente en América Latina,».
Refirió que tuvo trabajos de todo tipo, los cuales le disputaban el tiempo para la lectura y la escritura, «pero él se las arreglaba para robarle horas al sueño».
Armas Marcelo, expresó que después de los 30 años de edad de Vargas Llosa apostó por el humor y con libros que tuvieron éxito rotundo como «Pantaleón y las visitadoras», «La Tía Julia y es escribidor», «Travesuras de la niña mala».
En torno al libro «La ciudad y los perros», compartió las opiniones de los ponentes que estuvieron en la inauguración de la cátedra, «he quedado asombrado por su destreza narrativa, por su afán de combinar los experimentos de la vanguardia y por su manera de entrecruzar historias para despertar más interés».
Se refirió a Vargas Llosa como «un caso pasmoso de precocidad y sobre todo de trabajo disciplinado, en la época en que cualquier joven anhelaba barrer con las chicas (…) Vargas Llosa escribía frenéticamente».
Dijo que la novela «La ciudad y los perros», la cual cumple este año su 50 aniversario es hoy el gran ejemplo den América Latina de «la utilización mejorada y reordenado bien felizmente desordenada de las técnicas literarias al servicio de una lectura vívida y absorbente».
Finalmente, expresó que Mario Vargas Llosa no tiene enemigos sino «tiene sólo contemporáneos».
Jorge Edwards – Escritor y diplomático chileno
En su participación durante la Cátedra, dijo que cuando conoció a Mario Vargas Llosa, era un gran lector de poesía, «antes de que él publicara «La ciudad y los perros», era un lector de residencia en la tierra, de Neruda». Asimismo, expresó que el literato peruano se «Mario se emborachaba sin beber, se emborrachaba con al aire, con las conversaciones».
Dijo que la primera vez que leyó «La ciudad y los perros» sintió «ecos César Vallejo y algunos ecos del Neruda joven».
Expresó que su primer encuentro con Mario Vargas Llosa, desde el punto de vista de la lectura.
«En el año 60 o 61 había una cantidad de escritores jóvenes en España, México, Perú, Argentina y Chile y por algún azar cultural ese grupo leía las mismas cosas; descubrían a Jorge Luis Borges, leían al joven Neruda a César Vallejo y a muchos escritores norteamericanos».
«Mario me dio a conocer un mundo literario peruano que yo no conocía, y yo le di a conocer a él un mundo literario chileno que él tampoco conocía, y esto creó una amistad entre nosotros».
Destacó que las conversaciones que sostuvo con Vargas Llosa, le mostraron matices y detalles de la cultura peruana, «eso del boom no solo era la aparición de una escritura nueva, sino también un conocimiento colectivo».
Juan José Armas Marcelo- Escritor y periodista español
Carlos Barral narró: Cuenta la anécdota de una sueca amiga de Mario Vargas Llosa, quien en ese momento demostró que es un vicioso de su escritura, ya que la mujer que tuviera enfrente le daba lo mismo por una sola razón, porque estaba escribiendo.
La escritura era el tema fundamental en su vida y mencionó que las mejores obras de Llosa son las tres primeras novelas.
«Discutir de cualquier cosa con Mario es muy difícil, discutir de literatura es mucho más difícil, discutir de política es una pasión que le ocupa mucho, pero es una pasión más bien menor, en comparación de la literatura, si le tocas la política le puede salir el cadete», finalizó Armas Marcelo.